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martes, 11 de febrero de 2014

A propósito de la relación tutora: Cómo las nuevas pedagogias encuentran el aprendizaje profundo.


A rich seam

How New Pedagogies Find Deep Learning
 
 Authors           Michael Fullan & Maria Langworthy

 
In a final example of the power of peer tutoring, the Learning Communities Project in Mexico incorporates peer tutoring in rural schools throughout the country.[1] The program developed tutoring networks where students taught each other, using the curriculum as a map with each student “teacher” developing their own area of expertise.[2] Six thousand schools across Mexico have joined this movement. Data available from the first 4,000 schools to participate shows that they have significantly increased the proportion of students scoring at ‘good’ and ‘excellent’ levels in the national ENLACE examinations.

The new pedagogies require a teacher to have a repertoire of strategies, which may range from project-based learning through direct instruction to an inquiry-based model. But the key is that the teacher takes a highly proactive role in driving the learning process forward, using whichever strategy works for a specific student or task (and analysing which strategy works best). In the new pedagogies, this means interacting with students to make the students’ thinking and questions about learning more visible. Here it is valuable to consider one of John Hattie’s clustered findings from his analysis of over 1,000 meta-studies worldwide into the impact of different teaching and learning strategies on student learning.35[3] This work covers research studies that were conducted with a total of 240 million students. The impacts of individual teaching strategies were measured through the ‘effect size’ of a strategy on students’ learning (Hattie notes that an effect size of less than .40 is not worth considering). He developed two categories of strategies, and called these categories ‘teacher as facilitator’ compared to ‘teacher as activator.’ These categories can be seen as possible teaching strategies in the new pedagogies:

Table 2: Hattie’s ‘Visible Learning’ Analysis of Effect Sizes of Categories of Teaching Strategies:

Strategy Category
       Effect Size
Teacher as Activator (teacher-student relationship, reciprocal teaching, feedback, meta-cognition, teacher clarity)
           .72
Teacher as Facilitator (inductive teaching, student control over learning)
          .19

 

We can see that the teacher as activator category garners more than three times the effect of the facilitator category. In the new pedagogies, teachers do not have less of a role; they have a new active role, more engaged with students and other teachers than ever before. Thus, popular notions of the ‘guide on the side’ may in fact be less powerful versions of the new pedagogies.

Teachers who play dynamic, interactive roles with students – pushing students to clearly define their own learning goals, helping them gain the learning muscle to effectively pursue those goals, and supporting them in monitoring how they are doing in achieving those goals – have extremely strong impacts on their students’ learning. Such teachers do not ‘let the students learn on their own’ but instead help them master the process of learning. Such teachers do not ‘let the students learn on their own’ but instead help them master the difficult and demanding process of learning.

Such teachers have highly-developed pedagogical capacities. In short, new pedagogical partnerships with definable features, are one entry point into rich seams of deep learning.              

 Tomado de: A Rich Seam. How New Pedagogies Find Deep Learning. Michael Fullan & Maria Langworthy. January 2014. Pages 19 and 20.




[1] See the story of Learning Communities from Maravillas, Mexico: http://vimeo.com/70279241
[2] Rincon-Gallardo and Elmore 2012
[3] Hattie 2009; Hattie 2012

lunes, 10 de febrero de 2014

Lecturas clásicas y Bram Stoker, apuntes.

Lecturas clásicas y Bram Stoker, apuntes.


Johan Jair Martínez Sangabriel
(Alumno de 2º grado de la telesecundaria de la comunidad de Mesa de la Yerba, Acajete, Ver.)


Registro de actividades de lectura y escritura número 5

El día 14 de enero del 2014, entramos a la telesecundaria de la localidad de Mesa de la Yerba a las 8:00 am, como todos los días.

Escribiendo registros
La maestra Corina y la directora del plantel, la maestra Margarita, habían solicitado la presencia de los padres para que platicaran sobre asuntos relacionados con el terreno, que será utilizado para la construcción de la escuela telesecundaria de Mesa de la Yerba. Los padres asistieron a la reunión, a excepción de algunos.

Los alumnos de 2° grado hacíamos una actividad de historia que consistía en ordenar acontecimientos históricos en el ámbito (político, económico, social y cultural) que  correspondía. A las 8:30 am, llegó el maestro Artemio, nuestro asesor de lectura. Tuvimos que suspender nuestro trabajo de historia para dar comienzo a las acciones de lectura y escritura correspondientes del día. Antes de iniciar, el maestro Artemio nos dio una noticia, que decía que el próximo 10 de julio habrá un evento de lectura y escritura en la ciudad de Banderilla, en el cual participarán 10 escuelas por cada zona escolar. Por cada escuela, irán 3 alumnos, 1 de cada grado. El evento consiste en contar las experiencias y actividades que se hicieron en el Programa Estatal de Lectura y Escritura, además, se tendrá que hacer una antología de cuentos. A mí me gustaría que mi escuela tuviera una buena participación en la convención.

Comentando la lectura de un cuento
Para la primera tarea del día, se hizo revisión y corrección de algunos registros de la sesión anterior. Entre los registros revisados estuvo el de la alumna Maricela Hoyos Rivera de 1er. Grado.  Después de haber hecho las correcciones necesarias al registro, se procedió a leer un cuento que lleva por nombre “En el valle de las sombras” de Bram Stoker, quien también resulta ser el autor de Drácula, como lo mencionó un alumno de tercer grado. Los alumnos de tercer grado son quienes están leyendo esa novela. El cuento (ya mencionado) habla de un hombre que tuvo un accidente y fue llevado a un hospital, en ese lugar fue cuidado por enfermeras, una moja y un enfermero de noche. Este hombre se volvió loco y veía muchas cosas que para él eran extrañas.

El tipo de trama del cuento es lineal o cronológico y su narrador es protagonista porque él lo vivió.

Leyendo "Lecturas clásicas para niños y jóvenes"
La lectura me pareció muy interesante aunque un poco difícil de entender. Luego de haber leído el cuento, salimos al receso, comimos y jugamos. A las 11:55 am, entramos de nuevo al salón para continuar con nuestras labores. Los alumnos de 1° y 2°  grado continuamos con la lectura de los 6 tomos de la colección de “Lecturas clásicas para niños y jóvenes”, los compañeros de 3° grado con Drácula. Mi libro era el tomo 1, que contiene fragmentos de novelas clásicas de España y Alemania. El texto que estoy leyendo actualmente es de Don Quijote de la Mancha que narra las grandes aventuras que tuvo el Quijote junto con su leal escudero Sancho Panza.



El maestro Artemio nos dijo que a la 1:30 pm, comenzáramos a escribir nuestro registro número 5. Cuando se llegó la hora, rápidamente tomamos nuestro lápiz y empezamos a hacer nuestras anotaciones del día. A la 1:50 pm, en maestro Artemio nos dijo que era el momento de retirarnos, así que se despidió de todos nosotros, juntó sus materiales y se fue. Luego de eso, la maestra Corina nos ordenó que regresáramos a nuestro lugar. Por último nos indicó nuestra tarea para el día siguiente. Después nos retiramos a nuestros hogares.
Circulo de lectura de "Drácula"

En el aire flotaba cierta bruma: día de muertos.

Día de muertos

Edson Adan Falcón Saenz


En el aire flotaba cierta bruma con una densidad casi imperceptible de la cual sólo fue consciente hasta el momento en el que, al abrir la puerta, el aire del exterior se mezcló con el que había dentro. Los signos de eventos desafortunados habían comenzado desde antes de despertar. En el instante mismo en que abrió los ojos, un alacrán de tamaño considerable entraba por un hueco que existía por la separación del techo de palma y la pared.

Desde pequeño había establecido un pacto inquebrantable de respeto con el medio natural que lo circundara en la condición que fuese; por su parte, animales, insectos y otras alimañas parecían entender y respetar el acuerdo. Por ello, el alacrán en descenso por la pared no representaba ninguna amenaza, mucho menos un signo negro de presagio, o aviso premonitorio de la Providencia. La observación del alacrán sólo fue un instante, casi un parpadeo. Se frotó la cara con las dos manos, seguido de dos o tres improperios incomprensibles en el cuarto que le habían habilitado junto al salón de clases.

Ese día, aunque fuese feriado, estaba lleno de actividades. Debía recoger el altar, que días antes, había puesto con sus alumnos,  si no quería  que la hediondez y los gusanos de mosca proliferaran. El salón estaba impregnado por un halo de flor marchita, tamal de masa, chinas verdes cortadas al sereno, parafina evaporada, tiza, plátano macho ennegrecido por la oxidación. Un tropel de niños sin control entró corriendo en el momento en que alguien mencionó, en voz baja, que las frutas, los tamales, y todo lo comible que estuviese en el altar se repartirían entre las personas presentes. La comida tenía una apariencia acartonada, mucho más seca que el día anterior, en el que se habían puesto ceremoniosamente en una mesa adornada con papel china. Los niños que estaban, en un principio, muy entretenidos con las frutas y demás alimentos que habían recibido, pronto comenzaron a quejarse por que decían que las cosas ya no tenían el mismo dejo al paladar, incluso, hubo los que aseguraban que tenían un sabor transparente como ala de mosca.

Ya en su cuarto, si es que se puede llamar así a una bodega de palma improvisada e improvista de todo lujo, se acostó en el pizarrón viejo sobre ladrillos que con dos cobertores le servía de cama y se quedó dormido. Después de descender por vericuetos inverosímiles, laberintos de arena lunar y recuerdos inventados de vivencias que nunca existieron, arribó a un espacio estático, quimérico,  impávido y sólo entonces soñaba que se quedaba dormido y en este sueño jerárquico volvía a dormir y soñaba que se dormía para volver a soñar que dormía. El regreso fue largo, semejante a sacar la cabeza del agua tres segundos después de que todo el oxígeno se ha ido, y al final, cuando estaba despierto, no lo entendió, pensó que era sólo otra habitación más de sopor irreal. Esta idea se afianzó más cuando, al levantarse de la cama para ir al baño, en su primer paso con el pie izquierdo aplastó sin querer a una araña que desapareció dejando a cambio una cantidad indefinible de diminutos arácnidos traslucidos que corrían en todas direcciones y sintió un escalofrío en los huesos con resabio de amargura. Regresó, se acostó en su cama y pensó que en ese momento realmente acababa de despertar.

Se levantó más ligero que de costumbre, ilusionado, no tanto por llegar donde nadie esperaba, sino por hacer un viaje que había planeado por mucho tiempo; sabiendo que después del río podía establecer una ruta distinta bordeándolo hacia arriba, hasta poder llegar a Minatitlán. Se detuvo a la orilla del cuerpo de agua de consistencia achocolatada y le hizo señas a un señor que se dedicaba a transportar personas, animales, ganado y amores de un lado al otro del río. Justo cuando pensaba gritar para ser visto, observó hacia su lado izquierdo una lanchita de remos  que descansaba amarrada sobre la orilla. “Prudencia” era la dama que lo llevaría de un lado al otro donde empezaría su camino. Habiendo cogido los remos, y una vez en el agua, parecía que el caudal del río, cambiaba de dirección a capricho. Después de mucho batallar logró llegar a la otra orilla. Bajó de uno de los tablones que seccionaban la lancha en varias partes y que además servían como asiento; dejó unas monedas para cuando el dueño apareciera y viese de aquel lado la lancha tuviese una recompensa, así mismo, temía que alguien hubiese visto que fue él quien la tomó sin licencia alguna.

Aunque el camino era muy concurrido y era una arteria rural muy ocupada por el transporte de objetos para el comercio, estaba más desierto de lo que él imaginaba. Dos horas después perdió el camino, no se dio cuenta, avanzaba mecánicamente a un paso constante con una pequeña molestia en el pie izquierdo.

Tres horas cuarenta y cinco minutos después de andar en esos páramos solitarios de vegetación extrema, le pareció escuchar voces, unas conocidas y otras tantas que no podía reconocer, le hablaban en un idioma distinto al suyo. La misma vegetación, antes llena de secapalos, palos mulatos, axiotillo, cedros rojos, comenzó a volverse más densa y mientras más densa, más oscura. Subió laderas, se perdió en mesetas insondables más profundas que un pensamiento, abrió camino e hizo brecha entre el bosque perennifolio enrarecido y lúgubre. En el delirio del extravío, cuando las voces parecían gritarle por su nombre, una luz iluminó con parsimonia tranquilizadora la exaltación de su pecho y le ayudó a entrar en calma. Entonces supo dónde estaba, ya no era más un lugar desconocido. Saludó a todos por su nombre y se presentó con el suyo, y fue la última vez que alguien lo escuchó. Saludó de mano, y como a un viejo amigo al Swietenia Macrophylla, ¡Qué decir con que gusto platicó y se sentó a la sombra de un Brosimum Alicastrum. En ese momento tuvo una segunda revelación, lo comprendió todo, lloró lágrimas pletóricas de resignación y se sentó al pie de unas raíces, a esperar el momento en que la vegetación lo abrazara con un manto verde eucarotial y primitivo, y ser así, más grande que nunca. En una transgresión protista de los cinco reinos, se volvió a la vez un ser de género laminario, que alimentó plantas, animales y se hizo uno con el viento confuso de aquel noviembre.


Lo comprendió al pie de viejo árbol de caoba, como él lo llamaba por ser amigos. Jamás abandonó su fatídica bodega de palma y barro. No fue la araña quien acabo con su travesía y le impuso el rigor de viaje quimérico mucho más largo. Era la muerte disfrazada, como se presenta siempre, como lo hace cuando se vuelve viento y agua y la llaman huracán; o cuando entra por la nariz en forma de polvo blanco mezclado con aspirina, talco y aceite de batería; o cuando nociva, viste su traje de bala y se abalanza sobre transeúntes distraídos que no dejan de caminar por que no saben que han muerto. Fue ahí cuando supo que no era el río Uxpanapan el que tuvo que cruzar remando, era el río en el que Caronte es el único Capitán que lleva a puerto a los que van llegando; pero incluso él no se enteró de su llegada, también fue a ahí, cuando comprendió que era una sopa putrefacta de gusanos de mosca; los mismos que quiso evitar, un lunes por la mañana, cuando escuchó en la lengua de los vivos los incomprensibles gritos de familiares y amigos que desde afuera de su cuarto, bodega, obituario, esperaban una respuesta.

lunes, 20 de enero de 2014

Lectura y escritura en el aula: Un cuento de Mario Benedetti

                                                                 La violencia paterna en un cuento de Mario Benedetti

Rosa Brenda MartínezGarcía

“Réquiem con tostadas”, escrito por Mario Benedetti, es un cuento que jamás había leído y que ahora que ya lo hice puedo decir que me encantó.

Réquiem con tostadas es un cuento que desgraciadamente en la actualidad narra la realidad de muchas personas como son los padres, pero más la de los hijos, ya que casi siempre son los que absorben los problemas de los papás. Posteriormente en casos extremos ven la gravedad del asunto, es decir sufren de ver la violencia que se genera entre los padres, que muchas veces ésta termina en una desgracia. Algo similar sucede en este cuento, ya que narra la historia de Eduardo, un niño de trece años y medio. Él cuenta la vida de horrores y violencia que vivió, misma en la que estuvo acompañado por Mirtha, su hermana, y su mamá, quienes día con día (durante mucho tiempo) soportaron los maltratos del papá de Eduardo, que a la vez era el esposo de la mamá de ambos hijos.

Tras haber sucedido una serie de conflictos de violencia, por parte del papá hacia sus hijos y esposa, sencillamente esta última decide buscar el amor  y comprensión en otra persona que no le hiciera tanto  daño. Pero, desafortunadamente todo termina en tragedia, ya que al haber descubierto la traición el esposo, completamente ebrio, decide terminar con la vida de su esposa dejando huérfanos de madre a Mirtha y Eduardo.

En este cuento que como ya mencioné me encantó: Eduardo juega un papel muy importante  en cuanto a sentimientos, a pesar de haber atravesado por tanta desgracia en su vida nunca se dobló ni eligió caminos malos, sino que fue comprensible y aunque fue muy dura su experiencia siempre estuvo feliz, lo cual para mí es como un ejemplo.

Mazatepec, Acajete, Ver., diciembre 2013.

3° A escuela telesecundaria Octavio Paz.


lunes, 16 de diciembre de 2013

RUDEZA INNECESARIA Y OTROS CUENTOS ADOLESCENTES


COMENTARIO SOBRE EL LIBRO DE ARTEMIO RÍOS RIVERA

Lilia Patricia Ruiz Ruiz

Todo acercamiento a la literatura implica descubrimiento, revelación; conlleva un constante replantear la esencia humana. Cuando tenemos oportunidad de transitar por las distintas épocas que hemos vivido (pasado, presente; que contemplan infancia, adolescencia, adultez…) surge el rememorar, desempolvar la memoria. “Rudeza innecesaria y otros cuentos adolescentes” posibilita mirar al pasado. Algunos cuentos con que nos podemos topar en este libro, transmiten esa nostalgia por lo que fue, por los aciertos y tropiezos en que se incurre durante la adolescencia; asimismo, generan sentimientos de incertidumbre, de angustia, ante las vidas de quienes experimentan experiencias trágicas, o toman decisiones que los marcan para siempre –esto provocado por la crudeza con que el autor relata los acontecimientos. 

Predomina, en algunos cuentos, la noción de espejo, como objeto que nos ubica, que asegura y confirma la presencia; implica reconocimiento, tan sólo verse a través de los ojos de otros, conlleva la reiteración del ser, en el cuento “Ella y él”; o en “viejos camaradas”, narración en que se trabaja el desdoblamiento de personalidad, la usurpación de identidad.

Adentrarse en los textos literarios invariablemente significa abrir ventanas que permiten observar, analizar y reflexionar sobre los acontecimientos que en ellos se suscitan. En este caso, Rudeza innecesaria y otros cuentos adolescentes no es la excepción; además de abordar temáticas centradas en los ritos de iniciación, en el amor, desamor, la rebeldía adolescente, en la complejidad existencial de cada uno de los protagonistas, atiende a un grito desesperado de auxilio, a una invocación a la libertad del ser, de encontrar el sentido a este mundo.

No todos los personajes son liberados de la carga existencial, algunos contemplan el suicidio, como un acto de evasión, de valentía (mal entendida, por supuesto); como una forma de escapar de ese letargo existencial en que están sumidos. De pronto, algunos personajes se preguntan si vale la pena vivir, ya que lo que les toca experimentar deja de ser natural, y se convierte en una lucha con la vida.

Al leer los cuentos, Artemio Ríos Rivera me lleva de la mano a través de la evocación que hace de lugares específicos de Xalapa (Hacienda Lucas Martín, Río Sedeño), del Estado de Veracruz (Totutla, Puente de los pescados, Huatusco), así como de la Ciudad de México; algunos son sitios emblemáticos que sirven de preámbulo para los encuentros y desencuentros de los personajes, particularmente en “La banca de Reforma”, narración donde se hace un recorrido por el paseo de la Reforma, y esa alusión a las bancas que están instaladas de un tiempo a la fecha, y que son obras plásticas, que los habitantes de la ciudad de México pueden admirar. En ese cuento se cita a Cristina Pacheco, quien alude a la banca como “infatigable narradora de historias”; si nos ponemos a reflexionar sobre esta cita, es posible percatarnos de todo lo que sucede en la Ciudad de México, todo lo que las bancas, como testigos mudos, e inmutables en apariencia,  han experimentado, cada día, cada minuto, segundo, en que son recorridas por los transeúntes que visitan el paseo de Reforma, muchos de los cuales cargan en sus espaldas infinidad de conflictos personales, sociales, laborales, etc.

En los cuentos, se percibe la fusión con las distintas manifestaciones artísticas: artes plásticas, literatura (por cierto, cada mención que se hace de algún escritor, conlleva ese deseo de releer las obras, de Carlos Fuentes, Emily Brönte, Rubén Bonifaz Nuño, el Marqués de Sade, Milán Kundera…). El libro está dividido en tres momentos: Cuentos adolescentes, Rudeza innecesaria, y Otros relatos (cada uno instaurado en micromundos); particularmente me sentí identificada con el cuento “De hadas y libros”, donde se alude a esa sinergia entre las palabras y los lectores, de manera poética; cito:

“Que nunca se me pierda, pediría, de la memoria, la epifanía del primer contacto, del suave impulso de mi índice húmedo en el tibio rocío de entre tus labios, de tus hojas que en la entrega se abren para contarme cosas, para mostrarme la ciencia, el misterio del amor y sus desdichas. Retentiva corporal, como si fuera de papel, para guardar por siempre tus mensajes y construir mi vida ante el nuevo contacto, nueva lectura de su superficie llena de letras, palabras y silencios.

Desearía tener en el olfato tus olores, de árbol seco, de lejano polen impregnado entre tus folios, de eterna flor de negras y rizadas líneas, pétalos aprisionados al centro de tu cuerpo (…)

Poner el oído en tu superficie y que baste el dato que registro en el tímpano para saberte, para con los latidos de tu vida saber quién eres, de qué hablas, cómo haces el amor y lo deshaces sin preguntarte acaso, porque te he poseído hace ya tiempo, desde la adolescencia escucho el tam tam in crescendo de tu materia viva y avivada, del fuego de imágenes y posibles mundos”. (:37-38)

En efecto, la lectura representa un acto de amor, de devoción, de entrega absoluta… implica dejar de ser para asumir la personalidad de alguien más (si es que nos adentramos a determinadas obras), así como ese constante cuestionamiento sobre el ser.

La lectura jamás deberá verse como un castigo; lo anterior lo menciono aludiendo a un aspecto que se marca en el texto, y que es una práctica común en algunas escuelas secundarias; si un alumno comete un acto que amerite sanción es llevado a la biblioteca como castigo… en realidad, y este sería el punto a favor, el alumno identificará el espacio como la liberación que necesita para traspasar otros ámbitos.

Cierro mi participación, invitándolos a acercarse al texto de Artemio Ríos Rivera, Rudeza innecesaria y otros cuentos adolescentes; posibilita una mirada hacia el complejo mundo de la adolescencia, y, en general, de la esencia humana. Les garantizo una lectura de esparcimiento, de revelación.