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miércoles, 1 de abril de 2020

Sobre “Reparar la Escritura, Didáctica de la corrección de lo escrito” de Daniel Cassany

 Sobre “Reparar la EscrituraDidáctica de la corrección de lo escrito” de Daniel Cassany
Claudia Beatriz Pineda Bonilla

Este libro inicia con una breve historia sobre cómo fue que se escribió, donde el autor y también docente, con base en la realización de diversos seminarios con temática de corrección de textos y, debido al material que fue surgiendo (artículos, esquemas, ejemplos, etc.) constituyó este escrito.
El libro consta de tres partes, la primera es: marco teórico para la corrección, donde podemos identificar el rol maestro-alumno de manera tradicional, la cual tiene el inconveniente de limitar el aprendizaje del alumno, tal cual dice en el libro: “el alumno asume muy poca responsabilidad” pues el maestro es quien lidera todo lo que éste escribe y a su vez no tiene la libertad de ser autor.
Se distinguen aquí modelos de interacción maestro-alumno: el activo-pasivo y el guía cooperación. En ambos, quien rige el proceso de trabajo es el maestro, el último es el modelo de colaboración mutua que se diferencia porque quien tiene la autoridad de corrección y autoría es el alumno. El autor define esta interacción como la ideal.
En cuanto a la revisión en el proceso de composición se habla de la escritura más a fondo, el escritor construye su texto haciendo reflexión, lluvia de ideas, borradores, entre otros, mencionando que la corrección o revisión forman parte de la redacción. Hay otra distinción también entre escritores experimentados y los aprendices cuya diferenciación está muy marcada en la revisión. Los primeros usan la revisión como una herramienta para mejorar el texto de manera global (reflexionan, identifican problemas), mientras que los segundos ven en la revisión una herramienta simple y superficial (cambio de letras, palabras y frases).
Respecto a la corrección tradicional y procesal, relacionada a los roles maestro y alumno se puede decir que se diferencian por el objetivo de cada una. La tradicional se ocupa únicamente de corregir las faltas gramaticales y reproduce un rol rígido y desigual mientras que la procesal trata de modificar los hábitos de la composición, propone formar autores, y sigue el rol guía-cooperación.  En este punto el autor comenta que no debe haber una forma de enseñar o corregir, sino que deben respetarse las diferencias y capacidades personales, ello puede ayudar a mejorar la ya mencionada relación alumno-maestro en esta temática, haciéndola menos aburrida.
La segunda parte del texto “preguntas sobre la corrección de lo escrito” nos menciona que en la corrección el objetivo es que el alumno comprenda los fallos cometidos y los reformule tratando que no vuelvan a repetirse, es este sentido puede auxiliarse con el uso de diccionarios, la autocorrección y corrección entre alumnos, entre otros. Se considera la corrección de gran importancia en el aprendizaje, es donde alumno y maestro pueden dialogar acerca del trabajo escrito por el educando, y es importante conocer qué faltas ha cometido y permitirle enmendarlas.  Es necesario que se le considere como una herramienta didáctica variada y flexible que puede llevarse a cabo de manera individual, grupal, por parejas y que a su vez conlleva al alumno a responsabilizarse de su propio aprendizaje.
El autor define una serie de objetivos importantes de la corrección, mencionando una valoración global, (dar a conocer al alumno su texto, ortografía, gramática, marcar errores) concreta (mejorar y modificar el texto y/o faltas) y general (mejorar escritura, aprendizaje de errores, valoración y gramática, profundizar en el tema…) que podrían de ser de utilidad para llevarla a cabo de manera eficiente.  Así mismo recomienda que la corrección se haga en borradores o versiones no terminadas debido a que, según estudios realizados, los alumnos mejoran la escritura si se les corrige durante el proceso antes de terminar el texto, por lo que también pone un ejemplo o listado de textos que recomienda corregir (esquemas, borradores, listas de frases…).
Por otra parte, se propone una corrección variada, generalmente el maestro es quien lleva a cabo ésta tarea, sin embargo, se recomienda adoptar la posibilidad de que sean los alumnos quienes se encarguen de dicha tarea, al ser partícipes se responsabilizan de su propio aprendizaje dándose cuenta de las dificultades que presentan y a su vez reforzándolas.
Un punto importante es cómo corregir un texto, el autor formula variadas preguntas en relación, primero diferenciando un error de una falta y la manera de corregirlas, marcar los textos, corrección de los diferentes tipos de texto, ejercicios para corregir…
En la tercera parte de este libro se presentan las técnicas de corrección que el autor comparte con el fin de replantear la estructura de la corrección y el rol maestro-alumno a manera de hacerla más factible.
Se exponen cuatro aspectos pedagógicos: democratización de la corrección, que se refiere a que la forma más adecuada para motivar al alumno es pedir su opinión y permitirle disponer cómo trabajar; diagnóstico de la escritura, que es un diagnostico o evaluación de las habilidades de los jóvenes escribiendo análisis de errores, observación del proceso de composición y registro de datos sobre los trabajos realizados. Enseñar a corregir que tiene como objeto enseñar a los alumnos a corregir sus propios textos, permitiéndoles desenvolver sus estrategias personales de revisión; y por ultimo la correcion dentro de la escritura donde se habla de una nueva relación maestro-alumno con base en el trabajo en aula.
A partir de los aspectos ya mencionados se plantean diversas técnicas de corrección que tiene la finalidad de replantear la organización de la misma y mejorar la interacción maestro-alumno. Tales técnicas se explican con objetivos, procedimiento, tiempo, material y ejemplos. Algunas de estas técnicas son: negociación, marcas, elaboración de marcas, listas de control, bitácoras, reformulación de texto, taller de escritura, entre otras.
Dentro del apartado Otras Ideas, que son técnicas que el autor aun no prueba en aula, se encuentra la de guion personal de corrección donde se exponen diversos métodos para llevar a cabo esta actividad tales como: leer el texto en voz alta, en partes (párrafos, frases, capítulos), en silencio lectura, reescritura, o concentrarse únicamente en significados, ortografía, entre otros. La idea es desarrollar un sistema propio y aplicarlo en aula de forma flexible. Es importante destacar también que la corrección se basa exclusivamente en el punto de vista del alumno y no del maestro, pues el primero debe aprender a explorar su tema y a expresarlo de forma legible.
Otras técnicas que resaltan y se recomienda aplicar y desarrollar en clase son: TOM (trabajo de otra materia), registros de escritura, preguntas sobre un texto y retrasar la corrección. 
Este libro me parece muy útil en la práctica docente de revisión y corrección de textos, es una especie de guía y ejemplo que expone desde definiciones, en este caso la corrección de un tema principal, hasta métodos y dificultades que se presentan al corregir un texto. 
Aprecio conocer por medio de este libro las diferentes interacciones o perfiles maestro-alumno y cuál es el modelo más adecuado tanto para maestro y para el alumno, a quien debe respetarse intelectualmente y además hacer responsable, este caso es el modelo de cooperación mutua.
El apartado Otras ideas me parece interesante no solo por las alternativas que nos ofrece sino también por el análisis que hace de la escritura de los alumnos y como denota su forma de trabajar, y nos muestra algunas variables que se pueden registrar con el fin de conocer su comportamiento a favor de la mejora de su escritura y aprendizaje.