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lunes, 23 de mayo de 2016

Productos del taller escolar de escritura

Productos del taller escolar de escritura



Los siguientes escritos son productos del taller de escritura impartido por la profesora  Alma Jenny Jiménez Abad en la Telesecundaria Salvador Díaz Mirón de Los Molinos, Perote, Ver. durante el encuentro escolar de lectores y escritores.






LEER Y ESCRIBIR
¡Diversión al máximo!
Mónica Nayeli Carreón Salazar 3° B

Leer y escribir son herramientas indispensables para el aprendizaje, a través de estas nuestra capacidad cognitiva se desarrolla.
La lectura es la puerta al exterior. A través de los diferentes textos podemos conectarnos con el mundo que nos rodea.
Leer va más allá de seguir con nuestros ojos líneas con letras y esbozarlas sin darles sentido; es adentrarse, viajar, sentir la historia, ¡es vivir ese momento!
Por medio de la lectura aumentamos nuestro léxico, lo cual  permite que nos expresemos de manera correcta en el momento de escribir.
La escritura nos ayuda a expresar nuestros sentimientos, ya que no siempre escribimos acerca de lo que leemos; sino también de nuestra vida diaria. Es por eso que esta herramienta puede servir para desahogarnos y plasmar lo que sentimos, para que otro (el lector) pueda identificarse.




LA IMPORTANCIA DE LOS LIBROS
José Manuel Narváez Salazar 1º A


Los libros son fuente de enseñanza para los que leen, porque en ellos se adquiere conocimiento para la vida diaria, y, además, son muy útiles para prepararnos académicamente.
Actualmente el internet también es considerado como una fuente de consulta, pero yo creo que los libros de texto escolares, las enciclopedias, etc., son más útiles. Aunque de momento es un poco más difícil encontrar la información en estos últimos, la información es más confiable. Además, también representa un gasto mayor acudir a la red de internet.
Cuando tienes en tus manos un libro te das cuenta que tienes un tesoro de sabiduría.




EL CHARRO NEGRO
Leyenda inédita
Luis Ángel Vega Alarcón 3° A

Cuenta la leyenda que en algún lugar de Perote el demonio se aparecía todas las noches, vestido de charro montando un caballo negro.
Un borracho que se llamaba Pablo de 53 años de edad, no creía en lo que la gente decía del famoso charro negro porque casi a diario salía muy tarde de la cantina y nunca había visto nada. Hasta que en una ocasión, por la madrugada, cuando salía de ese lugar al que iba a tomar, ya muy borracho, sin poder dar un paso en firme, se topó con un charro el cual se ofreció para llevarlo a su casa. Pablo dijo que sí solo con la cabeza porque ya no podía con sí mismo.
En el camino, el charro le invitó un puro y el borracho lo aceptó, fumó solo una parte y guardó el restante en su chamarra de cuero.
Al otro día por la tarde, cuando Pablo se despertó, vio que de la bolsa de su chamarra salía algo extraño. Recordó que había fumado un puro. Se levantó y cuando lo sacó se dio cuenta que era un hueso humano quemado de un extremo.
Se dice que Pablo, del susto se fue consumiendo día con día hasta que murió. Los vecinos de este pobre hombre cuentan que la casa en la que vivía Pablo jamás se pudo vender porque siempre aparecía el hueso humano quemado en donde era la habitación del difunto.