Cristalazo: apuntes para una reseña literaria
Gilberto
Domínguez
Debo expresar mi enorme satisfacción por la invitación para presentar el libro Cristalazo y otras historias fuera del círculo de tiza cuya autoría se debe a Artemio Ríos Rivera.[1]
Personaje notable por su trayectoria de vida, ejerciendo su participación política y trabajo académico. Los primeros encuentros con él datan de hace ya un buen número de años, transcurrido el tiempo he podido observar en diferentes espacios su calidad humana, y como académico destacado, sobre todo por su convicción para la transformación social y personal a través de la acción educativa.
Este libro es un compendio de historias breves de muy fácil lectura que dan la voz a diferentes narradores. Me parece que algunas de esas historias son de carácter autobiográfico pues hacen mención de diferentes momentos o experiencias, destacando los momentos alegres de la juventud, los momentos críticos en la vida política y/o familiar de la primera voz que nos ocupa.
Es posible afirmar que el lector puede iniciar las lecturas sin seguir la revisión lineal como se acostumbra tradicionalmente; podemos iniciar en cualquier página, de acuerdo con el interés o atracción de los títulos o significados que ellos nos sugieran.
Debo confesar a ustedes que por cuestión de tiempo no he leído en su totalidad todas las historias contenidas en este libro, pero sí las suficientes que logran la claridad sobre la importancia y trascendencia de la obra, ya que son historias de vida que nos permiten apropiarnos de ellas y recuperar en nuestro pasado remoto y cercano, los recuerdos que nos han permitido la deconstrucción identitaria de nuestra persona, de ahí que el lector pueda sentirse atrapado desde un comienzo.
Inicio mis comentarios con la historia Fortuna Florida; una muy agradable sorpresa, el texto cuenta la experiencia de un niño que visita la casa de su abuela en la Villa de Fortín de las Flores de esto hace un poco más de 50 años. Nos describe vivencias en familia: las historias a la luz de las velas que contaban los mayores y que finalmente quedaban grabadas con temor o alegría en la mente infantil.
El enamoramiento del narrador de una niña llamada Jazmín a la que solo ve de lejos, sin embargo, su imagen queda en los recuerdos de joven adulto. Son los recuerdos de una infancia feliz, desde su llegada por el tren proveniente de la Ciudad de México, la travesía a través de numerosos túneles surcando la montaña.
En los recuerdos también está la compra de los troncos de plátano (que se podían adquirir solamente en la estación ferrocarrilera de Fortín), rellenos de gardenias de colores, que los viajeros en esa época adquirían para llevar a la Basílica de Guadalupe.
Otro de los relatos es Traicionera memoria. Al inicio esta historia nos recuerda los tiempos en que México era líder latinoamericano que favoreció la llegada del exilio que venía del sur, como los ciudadanos chilenos, refugiados políticos que buscaban protección ante la represión de la dictadura de Pinochet, (11 de septiembre de 1973 al 11 de marzo de 1990). Fueron días aciagos para países suramericanos, como Chile y Argentina (1976-1983), por esa época también Nicaragua (diciembre de 1974-julio de 1979). Lo anterior induce la reflexión hacia los días desventurados y convulsos que había vivido México desde 2 de octubre de 1968 y el 10 de junio de 1971.
La historia en turno nos ubica en el activismo político de su personaje principal y los movimientos huelguísticos que se generaron a partir de la creación del Sindicato del Personal Académico de la UNAM: SPAUNAM (1974) que se funciona con el STEUNAM (en 1977) para dar lugar al STUNAM.
El activismo político que impulsó el sindicalismo universitario de la UNAM genera las circunstancias en las que surge la participación de nuestro narrador, un joven que interviene en los movimientos de huelga como estudiante de bachillerato y hace recuento de su activismo como miembro del Movimiento de Estudiantes Socialistas, participando como orador en los mítines, boteando, grafiteando, gritando consignas.
Eran muy recientes los hechos del 68 y el 71 que impactaron el sentimiento de la nación con tristeza, amargura e impotencia, así que los jóvenes activistas de este movimiento en 1976 pudieron vivir nuevamente, la tensión y miedo ante la represión policiaca de los hechos históricos previos.
Así, Traicionera Memoria nos habla del proceso identitario, el desarrollo de la conciencia y compromiso social de los jóvenes participantes de manera activa en el movimiento sindicalista, despertando conciencias en un mundo en transformación en lo político, económico y social.
A partir del 68 y hasta el año de nuestra historia podemos observar el crecimiento personal y el despertar de la conciencia como personas en los jóvenes que ahora reclaman el reconocimiento social. También se da el distanciamiento y, en algunos casos, el enfrentamiento o la ruptura entre las generaciones jóvenes y adultas, que cuestionan las convenciones tradicionales que en muchos casos dieron lugar a los discursos de doble moral.
Además, en el mencionado relato, hace un recuento de la diversidad entre el profesorado de su escuela, que proyecta la visión de los estudiantes acerca de sus profesores y el impacto de éstos en la vida anímica y desarrollo de los estudiantes. Esto al margen de las normas y reglas del código escolar: Tuvimos maestros generosos como el de Literatura Universal y el de Anatomía Fisiología e Higiene, maestras deseables como Marcela o la de francés que alimentaban nuestros sueños de adolescentes. Tuvimos maestros Gays, unos de responsabilidad académica, otros verdaderamente patéticos o irresponsables.
Lo anterior me lleva a conectar con la historia Espacios Excluyentes, el autor hace mención inicial a la presencia de los Beatles, conjunto musical que expresa los sentimientos juveniles de la época, los Beatles se constituyeron con su música y sus canciones en voceros de la clase juvenil en la búsqueda de libertad e igualdad, con ello hicieron acompañamiento a los jóvenes en sus sentimientos de soledad.
Los espacios excluyentes describen algunas de las manifestaciones juveniles que dan cuenta de las actitudes de rebeldía ante la sociedad y sus padres: pelo largo, la ropa estrafalaria y la oposición a las instituciones, incluidas la iglesia y la escuela, que constituyeron las bases para los enfrentamientos juveniles con el mundo de los mayores, sin embargo, prevaleció en ellos los sentimientos de soledad.
He traído a colación algunos relatos específicos para animar al lector al abordaje del libro que aquí recomiendo. Pasaré a comentar los significados que se generan en mi mente a través de la lectura del libro, éste llamó fuertemente mi atención por lo interesante y sugerente del titulo y su portada. Por lo que decidí incorporar mis comentarios.
Finalmente, Cristalazo y otras historias fuera del círculo de tiza, de Artemio Ríos, es ruptura en la conciencia individual para significar los hechos de nuestra biografía que nos permiten descubrir aquellos subyacentes en nuestro perfil identitario, aquellos pensamientos que nos descubren un mundo en el que en contadas ocasiones sentimos que ya no cabemos o que ya no es posible permanecer en el estadio personal que nos ofrece.
Las rupturas nos llevan al auto distanciamiento para la autobservación, toma de conciencia y la definición para la autotrascendencia.
Apropiándome de las ideas de Edmée Pardo en el prólogo, reconozco la importancia de la obra porque nos demuestra que la literatura es una herramienta primordial para narrar hechos de la vida cotidiana, convirtiéndolos en relatos de ficción, y la apropiación de quienes leen para llegar a la comprensión de su cosmovisión, cultura o sea el conocimiento y crecimiento personal.
[1] La presentación del libro se llevó a cabo en el Salón Asunción de
Banderilla, Veracruz, el 29 de agosto de 2024.
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