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lunes, 10 de junio de 2019

Escribir como Lectores en Mesa de la Yerba. Testimonio de una maestra.

Espacios donde convergen aprendizajes compartidos en torno a una obra literaria

 Yolanda Corina Cuevas Garrido 

La Asociación Española de Lectura y Escritura y la Fundación SM proponen el proyecto Escribir como lectores en colaboración con el Centro Educativo Narciso Bassols, quienes se encargan de llevar a las escuelas una forma diferente de acercar a los alumnos al gusto por la literatura y la escritura. Fue un privilegio para mí que la institución donde laboro formara parte de las escuelas que representarían al estado de Veracruz para participar en el proyecto. Por ello, en las siguientes líneas comento la experiencia que tuvimos en la realización de este trabajo.
La aventura comenzó con la capacitación que recibimos en Tequisquiapan, Querétaro, en donde además de brindarnos las primeras herramientas para comenzar la labor con nuestros alumnos, conocimos a personas entrañables que nos dieron una cálida y hospitalaria estancia en ese bello lugar. Esta experiencia fue compartida con maestros de los estados de Querétaro, Guanajuato, Guerrero y Oaxaca, en donde reunidos en el Centro Educativo Narciso Bassols, dimos marcha al proyecto exponiendo conocimientos y aprendizajes pedagógicos que dan forma a nuestra labor docente.   
Al comenzar las actividades fui gratamente sorprendida por la propuesta de crecimiento profesional que implicaba llevar a la práctica el programa; me entusiasmó la idea de leer una obra literaria y proponer diferentes actividades que propiciaran la producción de textos, sobre todo porque no era una propuesta rígida, sino que apelaba a la creatividad del maestro para plantear diferentes formas de estimular la escritura. Al final no fui tan creativa, pero disfruté de la lectura del libro República mutante, del autor Jaime Alfonso Sandoval (obra literaria que correspondió leer en el grupo del cual soy titular) en el que lo ameno de la escritura propició que la historia me fuera atrapando, y que el viaje por el relato me fuera divertido, interesante y sugerente en el cuidado del medio ambiente. Qué hacer con la basura es uno de los principales problemas en todo el mundo, y el autor lo aborda de forma ingeniosa y punzante. 
Durante la aplicación del proyecto hubo acompañamiento académico para diseñar el proceso enseñanza aprendizaje, pero también hubo momentos en los que el asesor nos mostró en la práctica la forma de realizar las actividades. 
Resultó provechoso para nuestras prácticas escolares, socializar los avances y logros obtenidos por las escuelas participantes, tanto a nivel estatal, como en la asesoría virtual que nos fue brindada en la que pudimos apreciar el trabajo realizado en los demás estados. En lo personal, Escribir como Lectores fue una maravillosa experiencia de formación profesional. Me gustaría mencionar, que un maestro entusiasmado con una obra literaria podrá transmitirlo a sus alumnos, por ello comencé el relato a partir mi propia experiencia, a continuación, expongo lo que percibí en mis alumnos en este proyecto.  
Escribir como Lectores llega a la Telesecundaria “Leona Vicario Fernández” de la Localidad de Mesa de la Yerba, Acajete, Veracruz, para ser recibido con entusiasmo por los todos los alumnos, esto lo atribuyo, en buena parte, a las asesorías que han recibido con anterioridad del Mtro. Artemio Ríos Rivera, quien lleva algunos años dando formación lectora y escritora a los jóvenes de nuestra institución. Los chicos han vivenciado que acercarse a un libro es una experiencia agradable, que es abrir un espacio de aprendizaje e interacción entre alumnos, maestras, asesor y el libro, por ende, estaban ansioso de tener en sus manos la obra literaria y comenzar las actividades. 
La propuesta pedagógica para acercarlos a la lectura y la escritura fue algo novedoso para ellos. Cambiamos la cara de la moneda y se les planteo nuevas prácticas, por ejemplo, tras leer un capitulo desplegaban su imaginación recreando parte de la historia donde se incluían como un personaje; también realizaron actividades indagatorias sobre aspectos que les interesaba a partir de la lectura para recrear, en un segundo momento, una historia a partir de lo que investigaban en conjunción con su propia experiencia. 
Por otro lado, los viajes imaginarios, relatos alternativos, cartas dirigidas a algún personaje, entre otros relatos, propició que se sintieran coautores del libro y se desplegaran con facilidad para escribir. Unos alumnos escribieron más, otros menos, pero lo importante fue que todos realizaron un esfuerzo cognitivo para plasmar sus ideas en sus cuadernos, y luego, revisaron sus escritos en una práctica de autoevaluación, donde tras leer en voz alta, van anotando comas, puntos, concordancia, coherencia, ortografía, para ir limpiando sus trabajos. Posteriormente, en coevaluación participaron revisando los textos de sus compañeros mismos que se proyectaron con el cañón para que todos fueran viendo los trabajos. 
Fueron jornadas arduas, pero satisfactorias, como lo pude observar en la actitud de los alumnos y en lo favorable que resultó para la comprensión lectora, la escritura y su gusto por la literatura. Ahora están emocionados por conocer al autor y tener una entrevista con él. 
Escribir como lectores nos deja un cúmulo de aprendizajes y vivencias que merecen ser recordadas, así como el deseo inmenso de seguir recorriendo un sinfín de historias a través de los libros, de encontrar en la escritura una forma de mirarnos, de reivindicarnos y de canalizar las emociones, y de seguir siendo participes de este y otros proyectos que tengan a bien invitarnos. ¡Muchas gracias! 







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