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miércoles, 23 de noviembre de 2011

Educación Bilingüe o Especial en la Sierra de Zongolica


Visita de observación y diagnóstico.
Primaria Adolfo López Mateos, Tehuipango, Ver.
Informe.
Román Fuentes Orozco

A petición de los profesores de la primaria indígena de la localidad, y a través de la maestra Sandra Ortiz, asesora de la EIMLE en el Estado, se solicitó apoyo para una visita de diagnóstico y observación a partir de la preocupación que los docentes manifestaron respecto de una importante presencia de estudiantes con discapacidad en varios grupos de la escuela.
Para dicho cometido, se contó también con la participación de la maestra Meixi Ng, especialista en el tema. Se visitaron los grupos que tanto el director como uno de los profesores que nos atendió, el maestro Leobardo, señalaban como los más urgentes, pues en ellos se habían tenido muchas dificultades con casos específicos de alumnos que presentaban, al parecer, alguna discapacidad. La forma de intervención fue muy sencilla: se trabajó con todos los estudiantes, observando y apoyando en las actividades que ellos ya tenían programadas, para de esa forma poder conocerlos, observar las dificultades y elaborar un primer diagnóstico en aras de recomendar algunas acciones a llevar a cabo en el futuro inmediato.
En el grupo  de 5°, del maestro Leobardo, él señaló el caso de Alicia Juana, una estudiante que no logra expresarse verbalmente, según comentó el profesor, y que tampoco ha logrado escribir. Se pidió a los alumnos que continuaran su trabajo de manera regular y así se acompañó a los diversos equipos formados apoyando en la resolución de la lección. Al intentar trabajar con Alicia, la alumna de inmediato se sintió un tanto amenazada y se negó a trabajar, escondió su lápiz y comenzó a manifestar signos de nerviosismo e incomodidad.
Sus compañeros comentaron que cuando el profesor le pide que trabaje, ella asiente con la cabeza si está dispuesta a hacerlo, y que si no tiene ganas, simplemente no lo hace. La alumna, sin embargo, entiende indicaciones, puede articular algunas palabras en náhuatl y su comprensión de los temas, eventualmente, puede ser también la adecuada. Al revisar su libreta, se notó la dificultad que presenta para trazar las grafías, pues ante algunos ejercicios que el profesor le ha indicado, lo único que traza son pequeñas letras parecidas a la u, con desorden respecto de los renglones y en general en la distribución espacial de la hoja. Esto es un claro signo de que la dificultad que Alicia tiene para expresarse es grave, pero también hace evidente la disposición que manifiesta para intentarlo, pues la libreta estaba casi llena de ejercicios que, si bien no han sido bien realizados, muestran la constancia de la alumna y la perfecta posibilidad para aprender a escribir, aunque a un ritmo muy distinto al de sus compañeros.
En el grupo de 1° del maestro Adrián, se realizó también una breve visita de diagnóstico a petición suya, pues cuenta con un caso muy similar al de Alicia. El profesor indicó que la estudiante Marlen prácticamente no habla, y que tiene dificultades también para comenzar a escribir. Dado que la niña es muy pequeña, podemos considerar bastante normal que no haya logrado consolidar ni la habilidad de hablar en español ni la de trazar grafías o comenzar a leer, pero cuando el profesor la invitó al pizarrón a participar, como hicieron otros niños, la alumna mostró entender a la perfección las indicaciones del maestro, dibujó un árbol, dijo incluso la palabra “árbol” y con esto confirmó su condición: tiene algunas dificultades para expresarse, pero tienen que ver, sobre todo, con la dinámica bilingüe a la que debe adaptarse y la edad en la que se encuentra.
Marlen y Alicia son hermanas, el padre visitó la escuela por la mañana y se platicó con él sobre el caso de ambas niñas. Mostró un diagnóstico que se le había hecho y comentó que a Alicia ya se le ha medicado, y que con los medicamentos que le recetaron pudo soltar un poco más las manos y comenzar a realizar algunos trazos, todavía muy inmaduros. Se le preguntó cómo eran las niñas en casa, y él expresó que, junto con sus demás hermanos, Marlen y Alicia realizan actividades cotidianas, obedecen instrucciones, llevan a cabo mandados, etc. Respecto de Alicia, comentó también que la niña suele ver televisión, ríe, pone atención y reproduce algunas conductas que observa (como ejemplo, el señor comentó que le gusta ver programas de cocina y luego jugar con la tierra, haciendo “pasteles” con moldes diversos, etc.), lo cual es el indicador más claro de que la niña no tiene dificultad alguna para entender, sino más bien para expresarse.
Es evidente que Alicia necesita ayuda profesional como apoyo para desarrollar con más rapidez sus habilidades de expresión, sin embargo, la posibilidad de retirarla de la escuela debe quedar descartada de manera absoluta. Si bien el profesor no es especialista en estos casos, existen herramientas que pueden trabajarse con ella para que logre madurar tanto sus grafías como los vocablos que poco a poco podrá ir articulando. El ambiente ideal para un estudiante con estas condiciones, o incluso otras que fueran más graves, es justamente dentro del aula, siempre trabajando con sus compañeros y teniendo la ayuda del docente para hacer las adecuaciones necesarias al programa de modo que también aprenda y trabaje, aunque a un ritmo distinto.
En los grupos de 1° de las maestras Adoración e Irlanda, se realizó la visita con la misma estrategia, y las docentes comentaron los casos de los estudiantes que, a su parecer, tienen problemas para aprender. El caso de Ivan, de 1°B, es también muy complicado, pues por lo que comentó la maestra, el niño presenta en ocasiones una conducta bastante nociva tanto para él como para el grupo, golpea a los demás compañeros, busca chantajear a la maestra y no reconoce autoridad alguna. Sin embargo, una vez más, hablar aquí de discapacidad no es lo más adecuado, pues a reserva de una evaluación y un diagnóstico a detalle, el alumno mostró por completo la capacidad de aprender, pues se expresa perfectamente en ambas lenguas, su madre dice incluso que disfruta de ver e intentar leer algunos libros. Necesita ejercicios de maduración para comenzar a trazar correctamente las grafías, pero en realidad esto es una actividad que todos los niños de su edad necesitan realizar.
El acompañamiento de la madre ha sido fundamental para lograr que el niño trabaje en el aula, pues sin la presencia de la señora, se rehúsa a hacerlo. Sin embargo, deben buscarse acuerdos y estrategias entre padres y docente para que el niño vaya tomando autonomía y respete la autoridad de la maestra, pues de no ser así, difícilmente avanzará como se espera.
El caso de José Joaquín, de 1° A,  es acaso el menos preocupante, pues aunque presenta una condición física que lo hace distinto a los demás, sus habilidades de comprensión y expresión funcionan a la perfección. El niño habla español con dificultad pero lo puede aprender sin ningún problema, logra expresarse de manera adecuada, es capaz de trazar grafías si se le apoya y además se integra al grupo de manera muy natural. Durante la visita, el alumno logró terminar el ejercicio que la mayoría de los niños no consiguieron acabar; se le apoyó punteando los trazos de las grafías para que él pudiera escribir las palabras. Toma el lápiz de manera adecuada, respeta la espacialidad, entiende los conceptos, incluso pedía más palabras para poderlas escribir, reconoce algunas letras… Es decir, se comporta como cualquier niño de su edad.
Conclusiones:
La estudiante Alicia necesita apoyo profesional para superar sus problemas de expresión oral, sin embargo, con el apoyo del profesor es capaz de trazar grafías y comenzar a madurar la expresión escrita. Su capacidad para comprender no está comprometida de ningún modo.
El caso de su hermana, Marlen, parece tener que ver más bien con la complicación de la lengua y la edad con la que cuenta la niña, pero también es un caso que en el aula puede tratarse con trabajo y seguimiento puntual del profesor.
El apoyo para el alumno Iván debe ser en el sentido de moldear poco a poco su conducta, pues sus capacidades cognoscitivas funcionan a la perfección. La ayuda de un psicólogo sería fundamental, pero el trabajo más arduo debe llevarse en conjunto con la madre para que el niño logre distinguir autoridades, asumirse como estudiante y alcanzar autonomía.
José Joaquín también requiere apoyo en el aula, pero se trata de un apoyo académico de acompañamiento puntual y mucha paciencia. El niño puede aprender como el resto de sus compañeros, manifiesta ganas de aprender y disposición para trabajar.
Recomendaciones generales:
·       Solicitar la presencia de la Unidad de Servicio y Apoyo a Escuelas Regulares (USAER) para un seguimiento más cercano con estos y otros estudiantes que puedan presentar barreras de aprendizaje. La opinión de estos especialistas es fundamental, y el apoyo con herramientas también puede enriquecerse a partir de su presencia.
·       Asumir el reto que los profesores tienen con sus estudiantes, que no es una tarea para nada sencilla, pero que puede arrojar resultados muy positivos si se hace el compromiso de trabajar con los niños.
·       Operar en complicidad con los padres de familia y mantenerlos informados de la situación de sus hijos, en miras a que haya de su parte también una comprensión clara de la problemática y se cuente con su apoyo, de otra forma, será muy difícil que haya avances.
·       Modificar las prácticas en el aula y el trato con estos estudiantes y los demás que tengan un perfil similar:
o   Llamar a los alumnos por su nombre, no por su condición o características.
o   No exhibirlos de ningún modo, tratarlos como al resto del grupo.
o   Evitar discutir problemáticas relacionas con ellos en su presencia.
o   Incluirlos en todas las actividades haciendo adecuaciones a los temas para que logren avanzar a su ritmo.
o   Apoyarse en los propios alumnos para el acompañamiento de los niños con dificultades para aprender.
·       Sensibilizar a los compañeros del grupo, padres de familia y personal docente en general para crear un ambiente inclusivo.
·       Crear para estos estudiantes un ambiente de trabajo y designarles tareas que los hagan sentir parte del grupo, que logren metas adecuadas a su ritmo y aprendan los temas que los demás también aprenden respetando su forma peculiar de avanzar.
·       Revisar la literatura sobre discapacidad, barreras de aprendizaje e inclusión para manejar una terminología adecuada y llevar a cabo las acciones necesarias evitando confusiones o diagnósticos precipitados.
·       Apoyarse en los materiales que se les faciliten para trabajar con éstos y otros niños, no olvidando que el trabajo será arduo y requiere constancia.
·       Hacer conciencia sobre lo siguiente: el mejor ambiente para que un niño con barreras de aprendizaje logre avanzar es el aula: compartiendo con sus compañeros, realizando las mismas actividades y siendo apoyado por el profesor para lograr sus metas particulares.
A reserva de algunos factores lo impidan, se planeó para el mes de enero una segunda visita a la escuela, con el objetivo de ver los avances tanto en la forma de trabajo como de trato a los alumnos, así como para brindar asesoría en torno a algunos materiales que puedan emplearse y comentar los temas de la literatura sobre discapacidad e inclusión que los profesores hayan revisado.


Atte.
Lic. Román Fuentes Orozco
Asesor Académico
Programa de Inclusión, Edo. de México.

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