Visita de observación y
diagnóstico.
Primaria Adolfo López
Mateos, Tehuipango, Ver.
Informe.
Román Fuentes Orozco
A petición de
los profesores de la primaria indígena de la localidad, y a través de la maestra
Sandra Ortiz, asesora de la EIMLE en el Estado, se solicitó apoyo para una
visita de diagnóstico y observación a partir de la preocupación que los
docentes manifestaron respecto de una importante presencia de estudiantes con
discapacidad en varios grupos de la escuela.
Para dicho cometido, se contó también con la
participación de la maestra Meixi Ng, especialista en el tema. Se visitaron los
grupos que tanto el director como uno de los profesores que nos atendió, el
maestro Leobardo, señalaban como los más urgentes, pues en ellos se habían
tenido muchas dificultades con casos específicos de alumnos que presentaban, al
parecer, alguna discapacidad. La forma de intervención fue muy sencilla: se
trabajó con todos los estudiantes, observando y apoyando en las actividades que
ellos ya tenían programadas, para de esa forma poder conocerlos, observar las
dificultades y elaborar un primer diagnóstico en aras de recomendar algunas
acciones a llevar a cabo en el futuro inmediato.
En el grupo de 5°, del maestro Leobardo, él señaló el caso de Alicia
Juana, una estudiante que no logra expresarse verbalmente, según comentó el
profesor, y que tampoco ha logrado escribir. Se pidió a los alumnos que
continuaran su trabajo de manera regular y así se acompañó a los diversos
equipos formados apoyando en la resolución de la lección. Al intentar trabajar
con Alicia, la alumna de inmediato se sintió un tanto amenazada y se negó a
trabajar, escondió su lápiz y comenzó a manifestar signos de nerviosismo e
incomodidad.
Sus compañeros comentaron que cuando el
profesor le pide que trabaje, ella asiente con la cabeza si está dispuesta a
hacerlo, y que si no tiene ganas, simplemente no lo hace. La alumna, sin
embargo, entiende indicaciones, puede articular algunas palabras en náhuatl y
su comprensión de los temas, eventualmente, puede ser también la adecuada. Al
revisar su libreta, se notó la dificultad que presenta para trazar las grafías,
pues ante algunos ejercicios que el profesor le ha indicado, lo único que traza
son pequeñas letras parecidas a la u,
con desorden respecto de los renglones y en general en la distribución espacial
de la hoja. Esto es un claro signo de que la dificultad que Alicia tiene para
expresarse es grave, pero también hace evidente la disposición que manifiesta
para intentarlo, pues la libreta estaba casi llena de ejercicios que, si bien
no han sido bien realizados, muestran la constancia de la alumna y la perfecta
posibilidad para aprender a escribir, aunque a un ritmo muy distinto al de sus
compañeros.
En el grupo de 1° del maestro Adrián, se
realizó también una breve visita de diagnóstico a petición suya, pues cuenta
con un caso muy similar al de Alicia. El profesor indicó que la estudiante
Marlen prácticamente no habla, y que tiene dificultades también para comenzar a
escribir. Dado que la niña es muy pequeña, podemos considerar bastante normal
que no haya logrado consolidar ni la habilidad de hablar en español ni la de
trazar grafías o comenzar a leer, pero cuando el profesor la invitó al pizarrón
a participar, como hicieron otros niños, la alumna mostró entender a la
perfección las indicaciones del maestro, dibujó un árbol, dijo incluso la
palabra “árbol” y con esto confirmó su condición: tiene algunas dificultades
para expresarse, pero tienen que ver, sobre todo, con la dinámica bilingüe a la
que debe adaptarse y la edad en la que se encuentra.
Marlen y Alicia son hermanas, el padre visitó
la escuela por la mañana y se platicó con él sobre el caso de ambas niñas.
Mostró un diagnóstico que se le había hecho y comentó que a Alicia ya se le ha
medicado, y que con los medicamentos que le recetaron pudo soltar un poco más
las manos y comenzar a realizar algunos trazos, todavía muy inmaduros. Se le
preguntó cómo eran las niñas en casa, y él expresó que, junto con sus demás
hermanos, Marlen y Alicia realizan actividades cotidianas, obedecen
instrucciones, llevan a cabo mandados, etc. Respecto de Alicia, comentó también
que la niña suele ver televisión, ríe, pone atención y reproduce algunas
conductas que observa (como ejemplo, el señor comentó que le gusta ver
programas de cocina y luego jugar con la tierra, haciendo “pasteles” con moldes
diversos, etc.), lo cual es el indicador más claro de que la niña no tiene
dificultad alguna para entender, sino más bien para expresarse.
Es evidente que Alicia necesita ayuda
profesional como apoyo para desarrollar con más rapidez sus habilidades de
expresión, sin embargo, la posibilidad de retirarla de la escuela debe quedar
descartada de manera absoluta. Si bien el profesor no es especialista en estos
casos, existen herramientas que pueden trabajarse con ella para que logre
madurar tanto sus grafías como los vocablos que poco a poco podrá ir
articulando. El ambiente ideal para un estudiante con estas condiciones, o
incluso otras que fueran más graves, es justamente dentro del aula, siempre
trabajando con sus compañeros y teniendo la ayuda del docente para hacer las
adecuaciones necesarias al programa de modo que también aprenda y trabaje,
aunque a un ritmo distinto.
En los grupos de 1° de las maestras Adoración e
Irlanda, se realizó la visita con la misma estrategia, y las docentes
comentaron los casos de los estudiantes que, a su parecer, tienen problemas
para aprender. El caso de Ivan, de 1°B, es también muy complicado, pues por lo
que comentó la maestra, el niño presenta en ocasiones una conducta bastante
nociva tanto para él como para el grupo, golpea a los demás compañeros, busca
chantajear a la maestra y no reconoce autoridad alguna. Sin embargo, una vez
más, hablar aquí de discapacidad no es lo más adecuado, pues a reserva de una
evaluación y un diagnóstico a detalle, el alumno mostró por completo la
capacidad de aprender, pues se expresa perfectamente en ambas lenguas, su madre
dice incluso que disfruta de ver e intentar leer algunos libros. Necesita
ejercicios de maduración para comenzar a trazar correctamente las grafías, pero
en realidad esto es una actividad que todos los niños de su edad necesitan
realizar.
El acompañamiento de la madre ha sido
fundamental para lograr que el niño trabaje en el aula, pues sin la presencia
de la señora, se rehúsa a hacerlo. Sin embargo, deben buscarse acuerdos y
estrategias entre padres y docente para que el niño vaya tomando autonomía y
respete la autoridad de la maestra, pues de no ser así, difícilmente avanzará
como se espera.
El caso de José Joaquín, de 1° A, es acaso el menos preocupante, pues
aunque presenta una condición física que lo hace distinto a los demás, sus
habilidades de comprensión y expresión funcionan a la perfección. El niño habla
español con dificultad pero lo puede aprender sin ningún problema, logra
expresarse de manera adecuada, es capaz de trazar grafías si se le apoya y además
se integra al grupo de manera muy natural. Durante la visita, el alumno logró
terminar el ejercicio que la mayoría de los niños no consiguieron acabar; se le
apoyó punteando los trazos de las grafías para que él pudiera escribir las
palabras. Toma el lápiz de manera adecuada, respeta la espacialidad, entiende
los conceptos, incluso pedía más palabras para poderlas escribir, reconoce
algunas letras… Es decir, se comporta como cualquier niño de su edad.
Conclusiones:
La estudiante
Alicia necesita apoyo profesional para superar sus problemas de expresión oral,
sin embargo, con el apoyo del profesor es capaz de trazar grafías y comenzar a
madurar la expresión escrita. Su capacidad para comprender no está comprometida
de ningún modo.
El caso de su
hermana, Marlen, parece tener que ver más bien con la complicación de la lengua
y la edad con la que cuenta la niña, pero también es un caso que en el aula
puede tratarse con trabajo y seguimiento puntual del profesor.
El apoyo para el
alumno Iván debe ser en el sentido de moldear poco a poco su conducta, pues sus
capacidades cognoscitivas funcionan a la perfección. La ayuda de un psicólogo
sería fundamental, pero el trabajo más arduo debe llevarse en conjunto con la
madre para que el niño logre distinguir autoridades, asumirse como estudiante y
alcanzar autonomía.
José Joaquín
también requiere apoyo en el aula, pero se trata de un apoyo académico de
acompañamiento puntual y mucha paciencia. El niño puede aprender como el resto
de sus compañeros, manifiesta ganas de aprender y disposición para trabajar.
Recomendaciones generales:
·
Solicitar la presencia de la Unidad
de Servicio y Apoyo a Escuelas Regulares (USAER) para un seguimiento más
cercano con estos y otros estudiantes que puedan presentar barreras de
aprendizaje. La opinión de estos especialistas es fundamental, y el apoyo con
herramientas también puede enriquecerse a partir de su presencia.
·
Asumir el reto que los
profesores tienen con sus estudiantes, que no es una tarea para nada sencilla,
pero que puede arrojar resultados muy positivos si se hace el compromiso de trabajar
con los niños.
·
Operar en complicidad con los
padres de familia y mantenerlos informados de la situación de sus hijos, en
miras a que haya de su parte también una comprensión clara de la problemática y
se cuente con su apoyo, de otra forma, será muy difícil que haya avances.
·
Modificar las prácticas en el
aula y el trato con estos estudiantes y los demás que tengan un perfil similar:
o Llamar a los alumnos por su nombre, no por su condición o
características.
o No exhibirlos de ningún modo, tratarlos como al resto del grupo.
o Evitar discutir problemáticas relacionas con ellos en su presencia.
o Incluirlos en todas las actividades haciendo adecuaciones a los
temas para que logren avanzar a su ritmo.
o Apoyarse en los propios alumnos para el acompañamiento de los niños
con dificultades para aprender.
·
Sensibilizar a los compañeros
del grupo, padres de familia y personal docente en general para crear un
ambiente inclusivo.
·
Crear para estos estudiantes un
ambiente de trabajo y designarles tareas que los hagan sentir parte del grupo,
que logren metas adecuadas a su ritmo y aprendan los temas que los demás
también aprenden respetando su forma peculiar de avanzar.
·
Revisar la literatura sobre
discapacidad, barreras de aprendizaje e inclusión para manejar una terminología
adecuada y llevar a cabo las acciones necesarias evitando confusiones o
diagnósticos precipitados.
·
Apoyarse en los materiales que
se les faciliten para trabajar con éstos y otros niños, no olvidando que el
trabajo será arduo y requiere constancia.
·
Hacer conciencia sobre lo siguiente:
el mejor ambiente para que un niño con barreras de aprendizaje logre avanzar es
el aula: compartiendo con sus compañeros, realizando las mismas actividades y
siendo apoyado por el profesor para lograr sus metas particulares.
A reserva de
algunos factores lo impidan, se planeó para el mes de enero una segunda visita
a la escuela, con el objetivo de ver los avances tanto en la forma de trabajo
como de trato a los alumnos, así como para brindar asesoría en torno a algunos
materiales que puedan emplearse y comentar los temas de la literatura sobre
discapacidad e inclusión que los profesores hayan revisado.
Atte.
Lic.
Román Fuentes Orozco
Asesor
Académico
Programa
de Inclusión, Edo. de México.
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