Las noches que salí a trotar
Adrián de Jesús Moreno Casas
¿Te ha pasado alguna vez que un amigo o un familiar te aconseja hacer algo con tu tiempo libre? Ya sabes, leer, correr, salir o escribir ese algo que te ayude a mantenerte ocupado. Aquello que encontraste para hacer, te ayudara a distraerte un poco del estilo de vida tan abrumador que llevas.
En mi caso fue el trotar por las noches. Como toda actividad la inicie un poco con resistencia, no tenía esa apertura o diciplina para llevar a cabo el trotar todas las noches. Recuerdo muy bien mi conflicto inicial: decidir la hora de mi partida. El trotar solo en los fines de semana implica de cierta forma algunos peligros y más si vas solo, por eso es importante hacerlo en compañía de alguien. Claro, esto de pende del lugar en donde quieras practicar esto o simplemente por la hora en que quieras hacerlo.
Al inicio yo quería iniciar mi actividad por las tardes, pero como todo humano, mis escusas iban desde: “No tengo tiempo”, “tengo cosas que hacer en la casa” o simplemente “no tengo motivación”. En casos como estos agradezco tener un hermano que tiene más diciplina que yo. Fue él quien me ayudo a motivarme acompañando mis recorridos nocturnos. Por muy trillado que suene, creo que a veces simplemente necesitamos a una personita que nos impulse a iniciar algo nuevo o que simplemente nos acompañe durante nuestro proceso de cambio.
Cada día de hace más fácil me repetía a mí mismo mientras caminábamos durante un par de horas en las noches frías del inicio del año, incluso si llovía muy poco nos contagiábamos de esas ganas de salir y no poner excusas. Pero otros días simplemente no podía seguir el paso, solamente me cansaba antes de llegar a la mitad del final de nuestro recorrido, honestamente quise renunciar en mas de una ocasión, ¿tenía algún sentido seguir con esto? Esa pregunta recorrida mi mente por algunos días.
Así que se puede decir que la motivación para hacer cosas en estos tiempos de contingencia es súper importante, incluso el realizar cosas como lo son el leer o escribir necesitan una razón. El inicio de todo proyecto también necesita esta fórmula casi mágica llamada motivación y ésta es más necesaria cuando se requiere en proyectos personales. Dichos proyectos pueden ser desde el cambiar nuestro aspecto físico, emocional o laboral.
Todos hablan de la motivación y de las muchas formas que se pueden encontrar para obtener un poco de esta motivación, en mi caso el hacer algo tan simple como el trotar con mi hermano por las noches me lleno de ganas para realizar tareas que antes no hubiera realizado. Una vez que empecé con esta simple actividad inicio en mí una gran disposición por realizar más tareas en el hogar y poco a poco intentar mejorar mis hábitos de lectura.
Y es cuando tienes esa motivación te dan ganas de practicar algo que no hacías desde hace tiempo o incluso de practicar algo nuevo. El generar hábitos es algo complicado, se dice que se necesitas 15 días de repeticiones para generarlo, y me parece curioso que con tanto tiempo libre no utilicemos un poco para algo más que perder el tiempo en el teléfono viendo una cantidad enorme de memes o chistes que nos parecen graciosos, también pasar horas frente a la computadora o la televiso, en el caso de que no tengamos un trabajo o clases incluso.
Estoy seguro de que muchos de nosotros podemos tener una pequeña biblioteca en algún rincón de la casa o de nuestro cuarto lista para ser leída. Son momentos como estos que podemos aprovechar y sacar todo aquello que nos aqueja y enforcarlo en nuestro creciente personal, emocional e intelectual.
Concluyendo con este par de líneas, para motivarnos no es tan necesario algo tan increíble que nos cambie la vida y que nos haga reflexionar tan profundamente. Podemos hallar suficientes razone en actos tan simple como la camita o la lectura. Gracias a todo esto podemos llegar a muchas partes que desconocíamos de nosotros y de nuestro entorno. Es importante el seguir avanzando y seguir creciendo como personas.
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