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lunes, 12 de diciembre de 2016

Fábulas de la 21 de Marzo

Fábulas de la 21 de Marzo






Algunos trabajos producidos en el "Segundo taller de escritura de textos narrativos" dirigido a docentes de secundaria de la Región de Xalapa, Veracruz.
El propósito principal es que los docentes vivencien una estrategia de escritura, la dominen y apliquen con sus estudiantes. El taller, más que formar escritores entre los docentes, su intención es didáctica, es decir, que los profesores participantes experimenten herramientas para promover la escritura en la escuela, así como formas de revisar y mejorar los procesos creativos de los alumnos.






La ensoñación de la pulga

Tania Mora Palacios


En lo profundo de la selva vivía la pulga, se alimentaba de la sangre del jaguar y entre suspiro y suspiro divagaba con la posibilidad de cazar conejos como su hospitalario banquete, aunque la idea de ser sacrificado por su exótica piel le parecía repulsiva. Le entusiasmaba también la posibilidad de polinizar plantas como la abeja, pero ser separada de la miel, del producto de su trabajo, le resultaba injusto. O ya de perdido ser como el mosquito y contagiar de dengue, en venganza por su anónimo destino, pero no quería ser combatida volteando los baldes o fumigando las casas. Echada sobre su cuerpo, con el estómago atiborrado de sangre dormitaba entre sollozos la pulga, soñando con otras glorias y otros hábitats.



Moraleja: No vagabundees deseando la gloria ajena, trabaja y sacrifícate por la propia.



Los Búhos


Corina Cuevas


Estaban el Búho Chicho y el Búho Sabin en el bosque haciendo una competencia para saber quién era más inteligente. Entonces comenzaron a decir alternadamente distintos descubrimientos.
Al escuchar la charla se acercó una Serpiente y se puso a escuchar lo que decían. Al poco rato llegó un Chimpancé y atento escuchó. Después, se acercó el León y les dijo a los búhos que ya le pararan que los dos eran muy sabios, pero la serpiente dijo que eso no era verdad porque el búho Sabin había dicho cosas más interesantes, por lo tanto, era el ganador. A lo que el Chimpancé replicó que estaba equivocado, que el ganador era el Búho Chicho, porque sus conocimientos eran más actuales.
Se entabló la discusión entre la Serpiente y el Chimpancé. En ese momento, se acercó la tortuga y dijo -que decida el León quién es el ganador, pues mayoría gana. El León se decidió por el Búho Sabin, dándole el triunfo. Pero dijo el Conejo, que en ese momento se acercaba, que quién había sido más inteligente era la tortuga porque había encontrado la solución a un problema.

Moraleja: la verdad es relativa, depende desde la visión del que la mira.



El ciervo que quería ser rey


Ildefonso Bautista Bautista


Había una vez en un mundo lejano, un ciervo que quería ser rey, y pensó que para lograrlo tenía que visitar todos los días diversas galaxias y llevarle a cada habitante un mensaje divino.
Un día llegó a una ciudad en donde se encontró con un elefante, con el cual se puso a platicar sobre los acontecimientos más recientes que habían sucedido en el cosmos. El ciervo le expresó su punto de vista, como el elefante ya sabía de la existencia del ciervo y la forma que hablaba para convencer a los demás, comenzó a cuestionarle cada uno de sus comentarios y estos cada vez fueron subiendo de tono, fue tanto el coraje del ciervo que terminó de tajo su conversación y decidió regresar a su lugar de origen.
El elefante que tenía una imagen muy alta del ciervo porque conocía de sus aspiraciones para llegar a ser rey, descubrió que todo era una mentira.

Moraleja: Al escuchar a una persona, aprendemos a conocerla.





La Zorralora

Gloria Vázquez Landa

En la selva tropical de las costas de Veracruz, existía una Zorralora quien alardeaba de ser: inteligente, sabia y astuta para vencer al enemigo que se le pusiera enfrente.
Atenta a los demás, no había nada que deseara de ellos, nadie podía tener más que ella, ni ser mejor. Siempre estaba tras la cortina de la ventana observando a su vecino, quien no le simpatizaba.
La Zorralora vivía al pendiente de lo que hacía y tenía el Lorochato, quien mostraba su felicidad por doquier, lleno de paz y tranquilidad, ocupándose de él y apoyando a los demás sin mirar a quien.
Los conejos lo admiraban por su gran plumaje verde, las ardillas lo querían por sus cantos por la mañana, la tortuga lo apoyaba en sus actividades del hogar, siempre tenía amigos que lo elogiaban.
Al contrario, la Zorralora a pesar de sentirse la mejor no lograba que los animales de la selva la tomaran en cuenta. Pensando qué hacer para ganarle al Lorochato y ser ella la mejor, atardecía ideando cómo acabar con él; anochecía soñando que algún día tendría a todos a su disposición, pobre Zorralora envejeció sin darse cuenta que no era la mejor.

Moraleja: No sueñes con lo que tienen los demás, sé feliz con lo que tienes. 




Los tiburones cazadores

Jorge Odilón Noel Del Ángel

Una mañana en el océano se encontraban Teodoro y Ramón (dos tiburones viejos), escondidos en una cueva tratando de comer algún pez que se acercara por ahí, después de muchas horas de espera no habían comido nada, de pronto, ven pasar a tiburoncín (un tiburón joven) con muchos peces en el hocico y sorprendidos le preguntan  -¿Cómo le hiciste para cazar esos peces?- a lo cual les comenta,  -deben ustedes ponerse a cantar y ellos solos se acercan-,  los dos tiburones se quedan mirando y le dice uno al otro. –¿y si hacemos lo que nos dice? -, así lo hicieron y ese día comen un festín.
Cuando van hacia su casa uno le dice al otro, -no le digas nada a tiburoncín   porque se va a creer mucho, pero de aquí en adelante ya sabemos cómo pescazar.


Moraleja: Si eres diferente a los demás te señalan, aunque después te den la razón.



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