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martes, 27 de septiembre de 2016

Elaboración de fábulas

Registro 2:
ELABORACIÓN DE FÁBULAS
Mariana Hoyos Rivera

El día miércoles 7 de agosto del, 2016 vino el maestro para nuestra clase de lectura acompañado de su esposa, la maestra Sandra.
Cuando llegamos al salón, la maestra Margarita llegó con sus alumnos para integrarse con nosotros.
Después de acomodarnos y de que el maestro se instalara, empezó a leer un libro de versos titulado: versos sencillos.
Acabo de leer y nos dijo que revisaríamos 3 registros, 1 de cada grupo.
El primero que revisamos y corregimos fue el de mi compañero Héctor Manuel, de tercer grado.
Tenía algunos problemas de ortografía con las mayúsculas,  los puntos, comas y acentos.
El profesor nos explicó que el “si “condicional no lleva acento, pero el “sí “afirmativo si lleva.
Luego de terminar íbamos a empezar a corregir de segundo y el siguiente era el de Luis Enrique, pero no había terminado de capturar.
Así que empezamos a con los de primero, ya que la maestra Mago sólo había revisado 3 registros.
Empezamos con el de Jair Iván.
Empezó por leerlo y el maestro iba marcando con color las palabras que estaban mal escritas o les faltaba acentos.
Fuimos aclarando algunas oraciones que no se entendían muy bien.
Nos dijo que el título de un libro siempre va en cursivas.
Explicó que: cual, cuando y quien, cuando son de preguntas llevan acento y cuando dan una explicación no.
También dijo que los pronombres personales llevan acento, sin embargo, si la palabra cumple otra función no.
El texto de Jair si nos costó trabajo porque en algunas partes no se entendían las oraciones, pero entre todos lo logramos.
Después el profesor propuso que para la siguiente clase los alumnos de segundo y tercero ayudaremos a los de primero a corregir en las computadoras de la escuela.
Seguimos trabajando con las fábulas, leímos una llamada “La cucaracha soñadora” la cual estaba relacionada con el libro de La Metamorfosis.
Luego de esto Héctor leyó “La rana auténtica”.
También leímos “El cerdo de la piara de Epicuro”, y buscamos en el diccionario piara que quiere decir: manada de  cerdos. Explicó que quinta es como un rancho a las afueras.
Después repartió los libros de La oveja negra de autor Augusto Monterroso.
Nos leyó una fábula tradicional titulada: “El labrador y sus hijos “que trataba de un labrador que tenía una huerta y cuando estaba a punto de morir le dijo a sus hijos que todo los tesoros que poseía los dejaba en ella. Y que cuando quisieran repartirlos fueran a buscarlos.
Después de la muerte del padre los hijos fueron a la huerta y removieron la tierra tanto que dio muchos frutos. Entonces se  dieron cuenta que los tesoros eran los frutos.
Y la moraleja era: el trabajo es el verdadero tesoro del  hombre.
El maestro pidió que se levantaran los niños que habían faltado la clase anterior y dijo que los ayudáramos.
A mí me tocó trabajar con Rosario.
Pasamos a tomar nuestros animalitos nuevamente para empezar hacer nuestra fábula.
Rosario se sentó junto a mí, para hacer más fácil el trabajo.
Yo hice mi fábula y quedó así:

LA GAVIOTA QUE ENSEÑO A VOLAR AL ÁGUILA
Había una vez un águila que no le gustaba volar porque le daba miedo la altura, era un águila muy tímida que hasta el ruido más mínimo la asustaba.
Su nombre era Rosa pero todos le decían Rosita.
Un día salió de paseo y se encontró con la gaviota Lina quien le preguntó que cómo iba con su vuelo, el águila le dijo que no tan bien porque cada vez que lo intentaba parecía inútil y que  se iba a dar por vencida.
La gaviota al escuchar esto decidió que ella le enseñaría. Al águila no le pareció tan brillante la idea pero aceptó.
Ese día estuvieron intentando un largo rato, parecía inútil.
La gaviota dijo que descansaran mientras la aconsejaba y le decía que tenía que volar porque las águilas lo hacían.
Ella la escuchó con mucha atención y decidió impulsarse con mucha más fuerza, parecía que se iba a caer, pero ella puso todo de su parte para que no fuera así.
¡Por fin lo logró! con mucho gusto las dos regresaron a casa muy felices y Rosa le agradeció a la gaviota. La gaviota Lina tenía que marcharse porque se acercaba el invierno pero antes le dijo: “nunca te des por vencida”.
Su moraleja era: si te propones algo lo puedes lograr.


El profesor revisó las fábulas antes de salir al receso.
Salimos al receso, cuando entramos empezamos a leer las fábulas y su moraleja.
Después se nos quedó de tarea que leyéramos en casa nuestros trabajos.
También nos dijo que las ilustraremos y luego haremos un libro con estas.
Empezó a repartir los libros para leer.
Como yo todavía me faltaba de leer dos cuentos de mi libro, El llano en llamas de autor Juan Rulfo, decidí empezar a leer.
Cuando acabé, tomé otro libro que se llamaba La casa de la costurera de la autora Angélica Gonzales.
Como estaba pequeño lo terminé de leer rápido. Luego leí otro libro titulado: El niño y la muerte  de Horacio Robledo.
Algunas palabras que no entendía se las preguntaba a la maestra Sandra y ella me las  explicaba. Mientras todos nosotros leíamos las maestras trabajaban con el asesor.
Se terminó el tiempo  de leer y pasamos a nuestros lugares.
Sandra y el maestro Artemio nos explicaron que para entender un libro hay que concentrarse.
Luego preguntaron que si queríamos llevarnos un libro a casa para leerlo.
Yo elegí el de La fórmula del doctor Funes su autor es Francisco Hinojosa.
Como la vez anterior hicimos una ficha sobre el libro, autor y alumno.
Llego la hora de salida    







  

2 comentarios:

  1. Hace 7 años que escribí esto, ahora que lo vuelvo a leer, no me explicó el cómo una estudiante de secundaria logró escribir algo así.

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