México, D.F., 26 de enero de 2011
Estrategias para “Diles que no me maten” de Juan Rulfo*
¿Cuántas veces no nos ha pasado que a pesar de haber tutorado varias veces cierto
tema, de repente se nos acaban las ideas para apoyar a nuestro aprendiz?
En esta ocasión, Artemio Ríos, originario de Veracruz, nos comparte lo que hizo
cuando agotó sus estrategias para “Diles que no me maten” de Juan Rulfo.
Las rutas de construcción del conocimiento, por parte de los tutorados, han sido
distintas. En algunos casos las competencias de los docentes, en términos de
comprensión lectora, son eficientes y los temas no les representan un gran conflicto
cognitivo. Sin embargo, hay casos de personal de la misma escuela que requieren
tiempos de atención diferentes para el mismo tema, representando un reto no
“ensuciar” un proceso con el desempeño de otro. No comparar a los eficientes con
los poco eficientes, de tal forma que conservemos la confianza en las bondades de
la relación tutora.
Me gustaría comentar el caso de dos maestras de distintas escuelas, en el Cofre de
Perote. El trato cercano, respetuoso y fraterno permitió conservar la disposición y
terminar el tema, a pesar de los fuertes conflictos cognitivos y las dificultades (de
tutoradas y tutor) se encontraron las estrategias adecuadas al caso. En ambas
situaciones fueron necesarias cuatro visitas de acompañamiento para poder cerrar el
tema. A las maestras les costó trabajo hacer los árboles genealógicos, ordenar la
historia, localizar y explicar metáforas y seccionar el cuento en escenas para
reflexionar las diferencias entre trama e historia.
A la par de dar las instrucciones, fui proponiendo preguntas y dando orientaciones
para resolver las dificultades. Investigaron, pero no se comprendía lo investigado o
no hallaban la forma de usar oportunamente la información que encontraron. Agoté
mis estrategias utilizadas con otros docentes: la predicción, la exploración de los
conocimientos previos, el cuestionamiento generador, la investigación, la elaboración
de una línea del tiempo con los sucesos del cuento, la orientación y comparación,
entre otras. Entonces me encontré entre la disyuntiva de dar el tema por visto sin
cerrarlo o resolverles el ejercicio, exponérselo a las maestras y ya.
Utilicé una estrategia intermedia a mí parecer, trabajar grupalmente el cuento con los
alumnos de las maestras, con la presencia de ellas en el grupo. Fuimos haciendo
una lectura comentada, cuestionando a los alumnos sobre las preguntas que
planteaba la actividad, anotando las respuestas en el pizarrón y tratando de alinear
las contestaciones de tal forma que se fuera construyendo una interpretación
colectiva y pertinente del texto.
Luego identificamos a las familias que intervenían en las acciones del cuento,
discutimos sobre el concepto de árbol genealógico, los alumnos propusieron
esquemas ordenadores para el caso; abordamos la importancia del árbol
genealógico para ubicar a los personajes; orientamos la formación de un concepto
de metáfora, localizando algunos ejemplos y, juntos, traduciendo el lenguaje figurado
al común. Mientras, las maestras en cada caso fueron tomando notas.
Al final platiqué con cada una de ellas, se aclararon muchas dudas y quedaron de
revisar su registro de aprendizaje e incorporar los cambios necesarios. Un
comentario se me hizo muy significativo: “en los cursos de actualización siempre me
quedo con muchas dudas, me da pena preguntar, por lo que vayan a pensar de mi
los demás maestros, sin embargo, en relación tutora sí me animo a preguntar sin
miedo a mostrar mis debilidades y a tratar de superarlas”.
*Tomado de http://notas.basica.sep.gob.mx/SEB/blogseb/DGDGIE/documentos/art_artemio_reyes260111.pdf
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