(Uso de la g y la j)
Hijo
junto a tus ojos me sentí ajeno
entre tus ramas
-junto a tus hojas-
me faltó oxígeno
Engendré frutos:
ajeno
berenjenas
jícamas
y ejotes, por qué no
El nuevo paisaje
mi rostro aguijoneó
entonces dije:
jamás dejaré de ser
-por tu vida-
un guerrero
aunque me despojen
de mi aguijón de verbo
y la gente me vea
mudo
desolado
estúpido
yermo
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