Ponerse a trabajar
Meixi Ng*
Vine a México con muchas ganas de aprender cómo el método de relación tutora puede cambiar a la gente. Había escuchado mucho sobre los cambios en los alumnos, en comunidades y tenía curiosidad de entender cómo los cambió. Pero nunca había pensado que me iba a cambiar tanto a mí también.
Cambié porque vi cambios en la gente con quien yo trabajo, a través, no solamente del trabajo, sino también, a través de la manera y la postura de cada persona que trabaja.
Una experiencia en Veracruz me enseñó esto.
En el mes de noviembre de 2011, tuve el placer de regresar a Tehuipango, Veracruz, esta vez a la primaria Lic. Adolfo López Mateos, es una primaria bilingüe y la mayoría de los maestros enseñan en náhuatl y en español.
Llegué con muchas ganas de trabajar con los maestros, pero también un poco preocupada porque la última vez que la visitamos ellos se habían manifestado en oposición a desarrollar el Programa para la Mejora del Logro Educativo. Podría entender por qué: a las escuelas no les gusta ser etiquetadas con categorías como "insuficiente" o "escuelas que necesitan mayor atención". Los docentes y la dirección de la escuela se ponen a la defensiva, sintiendo que las autoridades no entienden su situación. Así las cosas pueden ponerse tensas.
Durante la visita anterior, los docentes hablaron de algunos de sus alumnos que tenían dificultades de aprendizaje. Algunos de ellos no sabían qué hacer para atender sus necesidades particulares. Entonces, junto con Maestra Ruth de la Cerda, una asesora de primarias en Veracruz y con el Maestro Román Fuentes, un asesor de la Asociación Redes de Tutoría S.C., regresamos con la promesa de observar algunos de sus alumnos y sobre todo, ofrecer algunas sugerencias y luego trabajar en tutoría, con apoyo de los maestros Artemio Ríos y Sandra Ortiz.
En lo profundo, siempre había creído que la relación tutora cambia a la gente que toca, pero no entendía cómo. Aquel jueves en la primaria, tuve el privilegio de tutorar un grupito de cinco docentes y ellos también me tutoraron. Durante la sesión algo cambió. A través del diálogo, a través de despertar el entusiasmo para aprender y compartir, la resistencia fría se desvaneció, dejando una relación cálida y la alegría de compartir una experiencia profunda de aprendizaje en conjunto. Ya no éramos "asesor" y "asesorado", solamente estábamos aprendiendo juntos. Creo que este es el poder de la tutoría. El trabajo en sí mismo inmediatamente rompió las barreras entre nosotros. Cuando compartes un saber en relación tutora, entras en una relación diferente, te conviertes en tutor y tutorado a la vez. Desempeñando los dos papeles, sabes que estás allí para aprender y compartir y hay horizontalidad en ello.
He cambiado por eso. Aprendí a respetar el trabajo de los maestros, que me enseñaron náhuatl. Sus rostros brillaban con orgullo. Hemos compartido "momentos de ¡Aha!" y vi el hambre de aprender en sus ojos cuando nos dimos cuenta de cómo se conoce el área de un hexágono. Yo, que siempre tenía miedo de las matemáticas, empezaba a descubrir sus intricados y que esta materia realmente es fascinante. Me costó tanto tiempo, pero por fin, en México recuperé esta alegría de aprender matemáticas. Mientras tutoraba, los maestros con quien estaba trabajando pensaron en cómo aplicar la metodología en el aula, cómo hacer las preguntas correctamente y cómo el problema de matemáticas que resolvieron (llamado "El Bikini") o el contenido del Maestro Román (la enseñanza de acentos del español) podrían ser utilizados en sus clases. Tenían una sed por mejorar el trabajo en sus salones de clase, ser mejores maestros y compartimos eso. Había algo diferente en el aire.
Durante nuestra sesión informativa durante la noche, la enlace de la modalidad de primarias indígenas, la Maestra Ruth, sintió lo mismo. Ella dijo: "Me estoy sintiendo realmente bien acerca de esta escuela primaria, a pesar de que fue difícil al principio". Ella se volvió hacia mí y dijo: “Son maestros grandes, ¿verdad?”. Así eran. Fue un gran placer tenerlos como mis maestros.
Demasiadas personas tratan de cambiar el sistema educativo y las escuelas desde afuera o tratan de cambiar la estructura, pero nunca tocan la práctica de aprendizaje, como siempre dicen el Profesor Richard Elmore de la Universidad de Harvard. Debería ser al revés. A veces sólo tenemos que ponernos a trabajar y esperar ver la magia.
* Nacida en Singapur, Meixi Ng es becaria del programa PRINCETON IN LATIN AMERICA, con estancia en México acompañando a la Estrategía Integral para la Mejora del Logro Educativo en varios estados de este país.