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sábado, 24 de mayo de 2014

Telesecundaria de Ocotitlán, Veracruz: 30 años de vida.


Telesecundaria de Ocotitlán, Veracruz: 30 años de vida.
Crónica de un estudiante


 José Bulmaro Escobar Ramos



Así éramos hace casi treinta años.
Eran los inicios de los años 80 del siglo pasado, era 1983 cuando terminé la educación primaria en la Escuela “Vicente Guerrero” de Ocotitlán, y éramos aproximadamente unos 20 alumnos los que estudiamos en esa generación: 1976-1982.

Nuestra comunidad, como siempre ha sucedido, carecía de diversos servicios y buenos medios de comunicación, como carreteras en buen estado (entonces teníamos un camino de terracería muy descuidado) y medios para trasportarse; pues sólo existían algunas corridas de autobuses de la línea “Sabana Larga”, propiedad de Toribio Tress (hombre muy conocido en esta región) y los trayectos que realizaba una de las primeras camionetitas “Datsun”, propiedad de Epigmenio Velázquez, quien llevaba viajes a Ixhuatlán, Coscomatepec, Huatusco o Córdoba.

Testimonio periodístico.
Algo significativo al respecto, era que Epigmenio Velázquez tenía horarios establecidos para llevar a los estudiantes que tenían la necesidad o el interés de continuar sus estudios de secundaria, pues ésta sólo se encontraba en la cabecera del municipio de Ixhuatlán del Café, que tenía más servicios educativos desde años anteriores. El señor Epigmenio Velázquez los llevaba a las 7:00 de la mañana y los regresaba aproximadamente entre las 2 y 3 de la tarde. Mis hermanos mayores y algunos de mis amigos grandes estudiaron en la telesecundaria de Ixhuatlan del Café, ya establecida y con instalaciones suficientes para aquel tiempo. Recuerdo que el señor siempre bajaba de su camionetita de color rojo y le decía a los muchachos: “bajando y pagando” y “no corran porque ya los conozco”. Mis hermanos y algunos conocidos me comentaban que aprovechaban que a la entrada de nuestra comunidad, en una curva donde se encuentra el campo deportivo, ellos se bajaban de la camioneta, porque en esa parte había muchos baches y la velocidad del vehículo era muy lenta, entonces corrían a esconderse para no pagar su pasaje y ahorrar un poco de dinero. La situación económica era muy difícil. En un principio mi intención también fue estudiar en la cabecera municipal porque era la única posibilidad de seguir estudiando, yo quería continuar mis estudios para tratar de hacer una carrera profesional.

La casa de Don Vidal, una de las sedes iniciales
de la telesecundaria.
Pero, fue también en el año de 1983, cuando un grupo de habitantes de esta comunidad se interesó por formar un grupo de alumnos, para solicitar una clave para una escuela telesecundaria en esta comunidad de Ocotitlán, perteneciente al municipio de Ixhuatán del Café, Veracruz. Entre las personas interesadas estaban German Flores Moreno, Eugenio Méndez Torres, Aurelio Flores Rodríguez, Simplicio Flores, Cornelio Quezada, Vidal Vargas Velázquez. Estos representantes de los padres de familia formaron un comité pro-fundación y después pro-construcción de la secundaria y se entrevistaron con la profesora Teresa Morales Gargantúa, supervisora de la Zona 18 de Telesecundarias con sede en Huatusco; para esto se contó con el apoyo del profesor Lorenzo Velázquez Robledo, quien después sería supervisor escolar de la Zona 63 de Coscomatepec. La zona escolar a la que correspondía la fundación de la escuela era la de la profesora Morales. Al profesor Lorenzo le pareció un proyecto importante y los alentó a que constituyeran un primer grupo de jóvenes de Telesecundaria. Los padres de familia regresaron con la buena noticia de que se había autorizado, por primera vez, un grupo de telesecundaria para la comunidad de Ocotitlán, pero que debían de esperar algunos meses para obtener la clave oficial.

El primer grupo, de aproximadamente 15 alumnos, empezó a tomar clases en un salón que prestó la escuela primaria “Vicente Guerrero”. A Ma. Esther Flores Velázquez se le pidió que aceptara asesorar al grupo, puesto que había estudiado la carrera de Trabajo Social en la Ciudad de Córdoba, de manera amable aceptó. Tal vez por el compromiso que su papá había demostrado como presidente del primer Comité de Padres de Familia de la Telesecundaria de Ocotitlán.

José Bulmaro, la actual Directora de la telesecundaria
y Artemio Ríos.
El primer año de trabajo fue muy difícil, porque teníamos que compartir instalaciones con la escuela primaria y había algunas peleas entre alumnos. Hubo algunos desacuerdos por parte de los padres de familia de las dos escuelas. A los tres meses llegó la primera maestra oficial, la profesora Judith Trejo Gutiérrez, una persona joven, alegre, amable, siempre fue simpática y agradable. Las mejores clases con ella o bien las que a mí me gustaban, eran las de inglés. Mi maestra decía: “para poder aprender el idioma inglés, es necesario pensar en inglés”, todavía, después de mucho tiempo, aun lo recuerdo. A la mayoría de mis compañeros se les dificultaban las diversas materias, pero casi todos le echábamos muchas ganas para salir bien. Éramos muy buenos alumnos, pero sobre todo éramos muy buenos amigos, teníamos un lema: “siempre ser los mejores”. Y nos designábamos con las primeras letras del alfabeto: “ABC y Asociados”. A: Alejandro Mata Rivera, B: Bulmaro Escobar Ramos y C: Cándido Vidal Lozada. Cómo olvidar a JL (José Luis Flores Velázquez), Luis Enrique Hernández (El Gallo), Antonio Reyes Rojas, Antonio Martínez, Marcelino Vargas Guerrero, Noé Velázquez, Galdino Ramos Reynoso. Las mujeres que siempre respetamos y con quien nos relacionamos de una manera sana y amistosa eran: Miguelina Rojas Morales, Francisca Trujillo Gómez, Sara Díaz Chávez, Juana Ramos Reynoso, Ma. de Jesús Salinas Reyes. Seguro hay muchos más que, espero me disculpen, si leen este articulo y no los incluyo, pero a todos los recuerdo con mucho cariño y respeto.

Al terminar el primer año nos pidieron que desocupáramos en salón de clases de la escuela primaria. No sabíamos que nos esperaba para el segundo año…
Inició el segundo grado con la noticia que teníamos que comenzar el ciclo escolar en otro lugar. Los padres de familia se organizaron para pedirle a Don Vidal Vargas Velázquez su casa. Una casa particular que a la vez era bodega, contaba con un asoleadero grande. En esta región cafetalera, este espacio era utilizado para secar el café, que se molía en una despulpadora, un trabajo que se realizaba de manera artesanal. Don Vidal Vargas era un hombre de estatura regular, moreno, aproximadamente de unos 50 años y cabello rizado; con un carácter muy difícil, fuerte. Los compañeros decían que era muy enojón, pero accedió porque era el papá de uno de nuestros compañeros, Marcelino Vargas Guerrero.

Otra importante noticia era que llegaban dos maestros para atender a los alumnos que durante este año había crecido en número y formaban dos grupos. Llegaron dos de los mejores profesores que he conocido, el profesor Artemio Ríos Rivera y la profesora Blanca Balderas Rodríguez, también hermosa y sensible. Artemio y Blanca eran esposos y llegaron a vivir a nuestra comunidad. Lo más admirable era que viajaban desde Xalapa en una motocicleta. Ambos egresados de la licenciatura de Sociología en la UNAM. Artemio era un hombre alto, delgado, usaba barba recortada, aficionado a la lectura y al teatro. Blanca era de estatura media, rubia de cabello dorado y de unos hermosos ojos claros. Ambos dedicados a su trabajo y muy comprometidos con lo académico, pero sobre todo con su labor social. No sólo nos enseñaban los conocimientos sobre los contenidos de las diversas asignaturas, además, nos enseñaron a conocer nuestra realidad y a tener una actitud crítica y reflexiva.

Recordando el pasado.
En aquellos años, se encontraba como presidente municipal de Ixhuatlan del Café, Miguel Melo Rosas, que por cierto tenía un nombre muy curioso. Los profesores y el patronato se entrevistaron con él para solicitar su apoyo para la Telesecundaria, específicamente solicitaron la dotación de mobiliario nuevo, el Presidente se comprometió con ayudarlos, pero pasaba el tiempo y el apoyo no llegaba. Fue entonces cuando el Comité de Padres, los profesores y los alumnos decidimos organizar una marcha de protesta. En aquellos tiempos las marchas eran muy mal vistas y casi no se realizaban en contra de presidentes municipales o “caciques” de la región. Seguramente era curioso ver a los maestros, padres de familia y alumnos gritando por las calles del municipio, desde el campo deportivo hasta el palacio municipal, con consignas como ¡¡Queremos que Melo entregue…El mobiliario que nos prometió!!, ¡¡Queremos que nos apoye!! Aunque al principio no nos hicieron caso, se formó una comisión de maestros, padres y alumnos y nos recibieron las autoridades. Si recuerdo bien, al siguiente año sí recibimos el mobiliario que mucho nos hacia falta.

Recuerdo que cuando empezamos a trabajar en la casa de Don Vidal, ésta se tuvo que dividir en dos salones ya que era una casa grande y sólo teníamos un televisor, por lo que teníamos que intercambiar salones para poder ver las clases televisadas. Ellas eran trasmitidas en un canal comercial (en Canal 5). Veíamos las clases y después cambiábamos de salón para poder trabajar los temas en nuestras guías de estudio.

El segundo grado es el más importante y bonito de todo lo que se vive en el periodo de la Telesecundaria. Te empiezan a gustar las muchachas y buscas encontrar una novia. Recuerdo que aprovechábamos los cambios de salón para poder pasar los recados a las muchachas que nos gustaban, sin que los maestros se dieran cuenta. Era realmente divertido y emocionante.

No todo era estudiar siempre, durante el recreo jugábamos básquetbol en el asoleadero y encestábamos en un aro hecho de una cubeta de lámina. En alguna ocasión, cuando nos encontrábamos en la clase de Tecnologías y el maestro se encontraba explicándonos un proyecto de hortalizas, repentinamente entró Don Vidal, el dueño de la casa, y nos regaño diciendo que no sabíamos nada del campo y de la producción de vegetales. Nos propusó que sembráramos las verduras en un terreno que tenía en un lugar llamado “El Sótano” y “que no era necesario regar las hortalizas porque una cascada de agua las regaba” y que íbamos a tener que sacar los rábanos en un costal y que cada costal se llenaba con tres rábanos y que las calabazas solo las podíamos cargar entre tres alumnos y llevarlas en una carretilla. Todos nos reímos y el señor se enojo mucho con nosotros, pero siempre era agradable platicar con él y que nos contara leyendas y cuentos, Don Vidal era un poco mitómano.

Al profesor Artemio siempre le gustaba platicar con Don Vidal, porque le contaba algunas historias extraordinarias y se llevaba muy bien con el señor, lo invitaba a comer y le ofrecía bebidas típicas de la región y aunque el profesor no acostumbraba beber, terminaba por aceptar, quizás con la presión de que Don Vidal nos siguiera apoyando para trabajar en su casa.

Terminamos el segundo grado de Telesecundaria con muchos recuerdos bonitos de nuestros compañeros y amigos. De experiencias agradables y de algunas también desagradables aunque siempre felices, porque ya éramos dos grupos y el segundo grupo era un poco más grande, ya tenía aproximadamente como 25 alumnos y podíamos convivir con más muchachas y muchachos. Empezamos a competir en los concursos de poesía, que precisamente en aquel año se realizó en la ciudad de Huatusco y nosotros participamos con la poesía coral “Las abandonadas”. Al principio nos costó mucho trabajo aprendérnosla y organizar las voces, pero el profesor Artemio y su esposa la profesora Blanca nos apoyaron muchísimo.

Recuerdo que la esposa del profesor, inicialmente, llegó a trabajar a la escuela Telesecundaria del Municipio, pero al existir un segundo grupo la maestra se trasladó a trabajar a esta comunidad de Ocotitlan. Recuerdo que al principio viajaban en una motocicleta deportiva. En aquel entonces llegaron a vivir en la casa del Señor Marcial Escobar Moreno. Traían a su hijo de aproximadamente 2 años, Artemio Huitzilihuitl y a su hija Tania que llegó a estudiar en la escuela primaria, en el quinto grado.

Como dije, participamos en el concurso de poesía, en la ciudad de Huatusco, en el salón de “El Club de Leones”, estabamos muy temerosos y nerviosos, pero creo que lo hicimos muy bien. También recuerdo que hicimos un concurso interno para participar en otro a nivel de zona, era de poesía individual. Eligieron a tres compañeros: Antonio, Enrique y a un servidor, pero quien declamó mejor la poesía fue mi compañero Luis Enrique “El Gallo”, con el texto que se llama: “Suave Patria” del autor Ramón López Velarde. También participamos en el torneo de futbol que se organizó en la Telesecundaria de la comunidad de Presidio, estrenando un uniforme blanco y azul del equipo de “Los Pumas” y nos decían “Los Pumitas de la Telesecundaria”. Creo que no nos fue bien en ese torneo, pues durante los primeros partidos nos eliminaron. Ya en el tercer año nos correspondió organizar el torneo y nos defendimos más en el aspecto deportivo, le ganamos a varios equipos de escuelas que ya estaban consolidadas, incluso, Cándido y Alejandro hicieron los goles mas vistosos del torneo: Cándido con un disparo que pegó en el poste de la portería y entró; Alejandro “El Conejo”, rematando un centro, que le mandaron por el lado izquierdo de la portería, con una chilena con la zurda; por ello la supervisión le entregó un trofeo por el mejor gol del torneo. Todos empezamos a tomar nuestras posiciones en el campo deportivo, subíamos a entrenar, ya que a nuestro maestro Artemio le gustaba mucho el futbol y se preocupaba por enseñarnos, por eso teníamos un buen equipo.
Maestro y alumno, Artemio Ríos y José Bulmaro Escobar.
Cuando empezó el tercer año, subíamos a entrenar futbol al campo deportivo de la Primaria, que se encuentra en la entrada de nuestra comunidad. En el terreno de junto, había una cancha deportiva de básquetbol que, según me dijeron, fue construida por el señor Eugenio Mata, cuando fué síndico en el municipio de Ixhuatlán del Café. Ese terreno pertenecía al Ejido, junto con el campo deportivo y la parcela escolar de la primaria “Vicente Guerrero”. Por gestiones del entonces comisariado, el señor Aurelio Flores Rodríguez y mediante una junta de asamblea, decidieron donar dicho terreno a la escuela Telesecundaria y, aunque algunas personas no estaban de acuerdo, por indicaciones de nuestro maestro, los alumnos de la Telesecundaria comenzamos a trabajarlo, sembrando hortalizas y limpiando la cancha en horario de actividades Tecnológicas y de Educación Física.

En el tercer grado, nuestro profesor Artemio y la profesora Blanca Balderas, aunque los queríamos mucho, se tuvieron que cambiar de escuela y llegaron a reemplazarlos la profesora Aída Colorado, la profesora Ulda y la profesora Dionisia Carreón Ramírez.
Las cosas empezaron a cambiar un poco, ya no nos siguieron prestando la casa de Don Vidal Vargas y las maestras tuvieron que buscar alternativas para continuar trabajando con la escuela Telesecundaria errante por la comunidad. Nos prestaron la casa del señor Isidoro Vidal, papá de mi compañero Cándido, donde se colocaron dos grupos: primero y segundo. En la casa del señor Marcial Escobar Moreno terminamos de estudiar el tercer año. Seguíamos echándole muchas ganas al estudio, participando en concursos y encuentros deportivos. También nos las ingeniábamos para poder ver los partidos del Mundial de Futbol de 1986, que se celebró en nuestro país. Veíamos jugar a Maradona, Hugo Sánchez, Manuel Negrete de “Los Pumas” o a equipos como Brasil, Dinamarca, Holanda, Alemania y el gran campeón de Argentina, liderados por el astro goleador Diego Armando Maradona y su gol con “la mano de Dios”.

El año de 1986 fue muy productivo en lo que se refiere al trabajo escolar, no sólo porque iba a egresar la primera generación, si no porque los padres de familia se organizaron para empezar a construir las dos primeras aulas de la escuela Telesecundaria. Los alumnos ayudamos a hacer las primeras zanjas para los cimientos de los salones, junto con los padres de familia levantamos los muros hasta terminar con la losa. Para finalizar este ciclo escolar, faltando dos meses, autorizaron, por parte del gobierno federal, la construcción de instalaciones como son: el laboratorio, la oficina de la Dirección y los sanitarios. Desafortunadamente no nos dio tiempo de inaugurar ni las aulas que ayudamos a construir ni las instalaciones que construyó el gobierno federal; pero la tarea más importante ya estaba hecha: construir una escuela donde no la había, creer en una escuela cuando algunos todavía no creían.


Y la historia de la escuela Telesecundaria ahí esta, quiéranla, reconozcan el trabajo que muchos maestros y maestras, alumnos y padres de familia han hecho por ustedes y por todas las generaciones. Nuestra generación se graduó en 1986, pero no nos despedimos de la Escuela Telesecundaria: “Salvador Díaz Mirón”. Ustedes háganla grande, nosotros la llevamos en el corazón.